Seguramente la conducción es uno de los aspectos de la vida pública más estrictamente regulados que existen. Y no es para menos: sin una red densa y clara de normas que organicen cómo deben circular los vehículos, las carreteras se convertirían en auténticas zonas de riesgo para todos.
Aunque puedan parecer excesivas o sin sentido para muchos conductores, algunas de esas normas están pensadas precisamente para reducir los accidentes y proteger la vida de los usuarios. Por eso las autoridades insisten tanto en recordarlas: incluso las que parecen obvias o poco importantes.
Delante de este motivo está la nueeva advertencia que la Guardia Civil ha lanzado respecto a un elemento tan común como ignorado: la visera del coche. Ese sencillo panel que usamos a diario para protegernos del sol puede suponer un problema real si se utiliza mal. La mayoría de personas no se detiene a pensar en cómo algo tan cotidiano puede derivar en una sanción, pero la realidad es que sí que puede ser motivo de multa.
Con su labor de prevención, las autoridades comunican de manera periódica toda aquellas conductas que, aunque muy extendidas entre los conductores, son sancionables. Entre los recordatorios habituales se encuentran aquellos relacionados con el uso del claxon (que sólo debe emplearse en situaciones de emergencia o para alertar en un adelantamiento), la obligación de circular por el carril derecho cuando los otros están vacíos o incluso comportamientos que pueden parecer inofensivos como discutir al volante o besar al acompañante. Todas estas acciones, aunque frecuentes, pueden terminar en sanciones de entre 80 y 200 euros.
También hay penalizaciones para los pasajeros, que muchos desconocen. Por ejemplo no llevar el cinturón de seguridad en las plazas traseras supone una multa de 200 euros que debe pagar el propio ocupante. Arrojar colillas o cualquier tipo de basura por la ventana implica una multa de 500 euros, y en el caso de que lo haga el conductor, conlleva además la pérdida de seis puntos del carnet. También entra dentro de laco de lo sancionable el adoptar posturas como viajar con los pies sobre el salpicadero también puede ser sancionado, no sólo por la multa, sino por el riesgo grave que supone en caso de colisión.
Ahora el foco está puesto sobre la visera parasol: la Guardia Civil ha avisado que el uso inadecuado de este elemento puede derivar en sanciones considerables entendiendo por mal uso cualquier comportamiento que reduzca el campo de visión del conductor: lo que incluye desplegar la visera más allá de lo necesario, utilizar el espejo que suele incorporar para maquillarse o leer, incluso si el coche está detenido en un semáforo en rojo. En ese caso la sanción asciende a 200 euros y supone también la pérdida de dos puntos en el carnet de conducir.
El mensaje de la Dirección General de Tráfico es claro: “conducir con visibilidad reducida voluntariamente” es una infracción grave. No importa que la visera esté diseñada para protegernos del sol. Si se convierte en una barrera visual, el conductor puede enfrentarse a sanciones igual que si llevara el parabrisas sucio o adornos colgando del retrovisor.