Como bien sabe cualquiera que tenga un coche, este no es solo un medio de transporte, sino casi un miembro más de la familia, uno que "se sienta contigo a la mesa" por la cantidad de dinero que requiere mes a mes.

Entre gasolina, mantenimiento, seguro y reparaciones, el coche representa un gasto constante que pesa en el presupuesto. Y no solo en el bolsillo: también es uno de los grandes responsables de la contaminación ambiental y, por ende, del cambio climático. Pero, a pesar de todo, sigue siendo imprescindible para miles de personas, sobre todo para aquellas que dependen de él para ir a trabajar.

En muchas zonas el transporte público no ofrece la flexibilidad ni la rapidez que algunos trabajadores necesitan para llegar a sus empleos, especialmente si tienen que recorrer largas distancias o viven en áreas rurales. Para ellos, el coche no es un lujo, sino una necesidad. Pero mantenerlo operativo no es barato. Entre el coste del combustible, los recambios de piezas y el mantenimiento periódico cualquier oportunidad de ahorrar unos euros es bienvenida. Y aquí es donde entra una buena noticia para ciertos conductores: la posibilidad de renovar el carnet de conducir sin coste alguno.

La Dirección General de Tráfico ha implementado una medida que permite a ciertos conductores renovar su carnet sin pagar la tasa administrativa de 24,58 euros. Este beneficio está dirigido exclusivamente a las personas mayores de 70 años, quienes podrán evitar este pago en sus renovaciones periódicas. Sin embargo aunque el trámite de renovación es gratuito, esto no los exime de realizarse el reconocimiento médico obligatorio, cuyo coste sigue corriendo por cuenta del conductor.

Desde los 65 años, los conductores deben renovar su permiso cada cinco años en lugar de cada diez, y, aunque la edad no es una restricción para seguir al volante, la DGT ha establecido revisiones más frecuentes para garantizar que los conductores mantienen las condiciones físicas y mentales necesarias para manejar de forma segura.

El reconocimiento médico incluye pruebas de visión, coordinación y capacidad de respuesta, aspectos fundamentales para la seguridad vial. No se trata de una medida para limitar la movilidad de las personas mayores, sino para asegurar que todos los conductores, sin importar su edad, estén en condiciones óptimas para circular sin poner en riesgo su vida ni la de los demás.

Un alivio económico con impacto social

Según datos de la DGT, en España hay más de 5,2 millones de conductores mayores de 65 años. Para muchos de ellos, el coche sigue siendo una herramienta esencial en su día a día, ya sea para hacer la compra, visitar familiares o simplemente mantener su autonomía. Con esta medida, la DGT no solo busca reducir la carga económica de los jubilados y pensionistas, sino también reforzar la inclusión de las personas mayores en la sociedad.

Aunque el ahorro puede parecer pequeño, cualquier ayuda es bienvenida, especialmente para quienes cuentan con ingresos limitados. Además, este tipo de medidas también contribuyen indirectamente a mejorar la seguridad vial, ya que, al requerir revisiones médicas más frecuentes, se garantiza que solo aquellos conductores en plenas facultades sigan al volante.