La impresión en 3D se está convirtiendo en el gran aliado de todos aquellos sectores que precisan materiales o piezas imprescindibles para luchar contra el coronavirus, especialmente en ámbitos tan críticos como la sanidad, y poder hacerlo de manera rápida y con gran calidad.

El vicepresidente del Consejo General de Colegios Profesionales de Ingeniería Informática, Juan Pablo Peñarrubia, ha explicado que la principal ventaja del uso de la impresión 3D es la facilidad a la hora de plantear prototipos de todo tipo de manera rápida y "pasar con inmediatez de la idea creativa a ver y tocar un producto".

La única diferencia entre los productos impresos y los fabricados de forma tradicional es que los primeros están condicionados por el material del que están compuestos, pero su calidad y su coste es más que "satisfactorio", añadió.

Para Peñarrubia, esta situación puede ser un palanca para "acelerar la capacidad de innovación y competitividad de todas las empresas".

En este sentido, HP y sus socios de fabricación digital han abierto al público sus archivos de diseño de piezas en 3D con el fin de que puedan unirse otros innovadores con sus proyectos y así acelerar la producción de piezas críticas para hacer frente a coronavirus.

Ayudar a la comunidad sanitaria

El objetivo es ayudar a la comunidad sanitaria mundial mediante la fabricación de piezas que cumplan los estándares de calidad y seguridad adecuados, han asegurado fuentes de HP.

Algunas de las primeras aplicaciones de esta red de socios que se están validando son abridores de puertas con manos libres, que permite una apertura fácil con el codo, ajustadores de mascarillas o protectores faciales.

La impresión 3D ha cobrado protagonismo por su especial utilidad en la creación de equipos de protección frente al COVID-19, al emplearse para la fabricación de materiales que escasean a día de hoy como mascarillas faciales, respiradores mecánicos e incluso abridores de puertas, entre otros.

En esta línea HP, en coordinación con los organismos gubernamentales, sanitarios e industriales de todo el mundo, están colaborando para identificar las piezas más necesitadas, validar los diseños y comenzar a imprimirlos en 3D.

De hecho, la compañía ya ha fabricado más de mil piezas impresas en 3D que ha entregado a diversos hospitales. Además, sus centros de I+D en 3D en Barcelona, así como los de otras ciudades del mundo, están colaborando para aumentar la producción y satisfacer las necesidades más urgentes.

En España, otras empresas que disponen de impresoras 3D han decidido dedicarlas también a la fabricación de material sanitario.

Así, en Valencia, seis compañías pertenecientes a la Asociación Valenciana de Industrias de la Automoción (AVIA) -DID Automation, Mipesa, Tetra Proyectos, Somtech, CLR y SRG Global- han ofrecido sus instalaciones y líneas de producción para fabricar respiradores y material sanitario a través de impresoras 3D.

En Barcelona, un grupo de empresas, estudios de diseño, ingenieros e informáticos de la Conca d'Òdena se han organizado para producir piezas útiles para los hospitales y centros sanitarios de la zona confinada por el brote de coronavirus en el Hospital de Igualada.

En Madrid, ha surgido la iniciativa ciudadana "Coronavirus Makers", en la que voluntarios de toda España se han propuesto aplicar la tecnología 3D para fabricar equipos de protección y material sanitario con los que contribuir a la lucha contra el COVID-19.

En Murcia, la Asociación "Makers of Murcia" está confeccionando gafas en este tipo de impresoras y, en León, la empresa "León 3D" ha donado al Ayuntamiento de San Andrés del Rabanedo 36 máscaras de protección que la compañía ha fabricado mediante este método.