El encendido del aire acondicionado en el trabajo, hogar, transporte público o automóviles es el pistoletazo de salida del verano. Actualmente, forma parte de la vida cotidiana de los españoles en esta época del año, sobre todo en las zonas más calurosas. De hecho, según datos de Idealista, en Sevilla, el 70,2% de los parques están climatizados, el 55,8% en Madrid, el 53,2% en Valencia, el 52,9 % en Barcelona o el 51,9% en Alicante.

Y aunque su instalación se ha convertido en calidad de vida, si conseguimos desarrollar aires acondicionados un tercio más eficientes y, a la vez, eliminar los hidrofluorocarburos (gas de efecto invernadero utilizado por los equipos para refrigerar) supondría, en términos de reducción de emisiones, un impacto mucho mayor que algunos grandes proyectos de energía renovables: un ahorro ocho veces mayor que el que logra la presa china de las Tres Gargantas y dos veces mayor que el de la iniciativa para potenciar la energía solar de la India, según el informe de Berkeley Energía.

La principal apuesta para reducir los impactos asociados al desarrollo energético es la eficiencia energética. Así, el objetivo de estas medidas es abastecer eficientemente los requerimientos de energía por parte de la población y los sectores productivos con un menor coste económico y, al mismo tiempo, reducir los efectos nocivos para el medio ambiente. Un compromiso del que deben formar parte las instituciones, las empresas y los ciudadanos.

Por este motivo, la entidad TÜV Rheinland ofrece una serie de consejos para que cada persona pueda cumplir con los principios de la eficiencia energética sin perder los beneficios del aire acondicionado:

1) El aparato debe contar con la debida certificación de eficiencia energética por una entidad homologada que reconozca el potencial de ahorro energético en el producto.

2) Se aconseja comprar los aparatos más eficientes (A+++), que pueden llegar a suponer un ahorro de un 40% en el consumo de energía en comparación con otros de menor clasificación.

3) Debemos instalar el aire acondicionado de manera que el sol le dé lo menos posible y en sitios bien ventilados.

4) Antes de encender el aire acondicionado, hay que asegurarse de que todas las ventanas y puertas estén cerradas para crear un correcto aislamiento.

5) Siempre que sea posible, también se recomienda mantener toldos y persianas cerrados en los momentos del día más calurosos ya que sirven de protección solar al evitar la entrada de radiación solar.

6) A la hora de fijar la temperatura, la fórmula que no suele fallar es programar el aire acondicionado de forma que no se superen los 12 grados de diferencia con la temperatura exterior. Una temperatura estable entre 24 y 26 grados es suficiente para sentirnos cómodos y no malgastar energía.

7) La gran mayoría de equipos incluyen opciones que favorecen el ahorro, como el modo eco, que permite ahorrar en energía sin que el aparato deje de ser eficiente ajustando la potencia según la temperatura de forma automática. O modo sleep, que va incrementando la temperatura según transcurre el tiempo de funcionamiento, ya que cuando las personas descansan, su temperatura corporal baja.

8) Si salimos de la estancia climatizada por un periodo breve de tiempo, es mejor mantener el aire acondicionado encendido, pero a una temperatura media, creando un descenso progresivo de temperatura. El arrancar el aparato con el termostato muy bajo es un error ya que el equipo sufre y aumenta excesivamente el consumo.

9) Para conseguir que el equipo sea lo más eficiente posible, es necesario un mantenimiento anual que consiste en la limpieza del filtro de la unidad interior, limpieza de la batería de la unidad exterior y comprobación de carga de gas refrigerante.