Google comenzará a entregar a las autoridades europeas en los próximos días los datos de redes WiFi privadas interceptados por sus coches de 'Street View', se trata de un esfuerzo de la compañía por poner fin a la controversia generada a causa de una posible violación de la privacidad.

A principios de mayo el gigante de Internet admitió haber recogido "inadvertidamente" datos sensibles de redes WiFi de todo el mundo, a través de los automóviles que utiliza para recopilar información para Google Maps y otros servicios. Desde que se conociera la noticia, ésta ha provocado gran controversia en toda Europa y son varios los países que ya han exigido a la compañía actuaciones, entre ellos, España.

Este jueves, y aún en medio de la polémica, el CEO de Google, Eric Schmidt, aseguró en una entrevista concedida a 'Financial Times' y recogida por 'Portaltic', que la compañía comenzaría a entregar los datos recogidos en los próximos dos días, empezando por las autoridades alemanas, francesas y españolas. Además, publicará los datos de una auditoría externa.

El directivo admitió que no puede descartar la posibilidad de que sus coches hayan recogido datos, por ejemplo, de cuentas bancarias. "Hemos cometido errores, pero vamos a ser muy claros al respecto", afirmó. "Ser honesto ante los propios errores es la mejor defensa para que no vuelva a ocurrir".

Además, Schmidt aseguró que la empresa llevará a cabo una revisión interna de todas sus prácticas de privacidad a fin de controlar todos los códigos relacionados con la recogida de datos. Los resultados de dicha revisión se conocerán el próximo mes.

Pero las medidas tomadas por la compañía para remediar su error no terminan aquí, también está abierta en este momento una investigación interna contra el ingeniero responsable del código responsable de la recogida de estos datos, un código que supone una "clara violación de las reglas de Google.

Transparencia para recuperar la confianza

Schmidt expresó también su intención de que la transparencia ayude a Google a recuperar la confianza de los usuarios. Sin embargo, fue firme respecto al hecho de que la política de la compañía que da a los ingenieros libertad para crear nuevos productos y servicios no cambiará.

Esta política permite que empleados de Google dediquen aproximadamente un 20% de su tiempo a desarrollar sus propios proyectos, eliminarla podría tener un "efecto escalofriante sobre la creatividad", según el directivo.