El nuevo sistema, orientado a facilitar a los padres la elección de los vídeojuegos a los que pueden acceder sus hijos, ha sido propuesto por la psicóloga Tanya Byron tras constatar en una investigación que las nuevas formas de entretenimiento pueden estar dañando los sistemas de valores de los pequeños.

Por ello, el informe aboga por reformar el sistema de clasificación de juegos digitales con un conjunto de símbolos en las cajas similar al de las películas.

Este nuevo sistema supondría aplicar de forma visible a los juegos una clasificación de categorías que van desde la de "apta para todos los públicos" a la de "18 años", pasando por las de "bajo supervisión de los padres", 12 y 15 años.

En la actualidad, tan sólo los juegos que muestran escenas sexuales o violentas están sujetos a la calificación del consejo británico de catalogación de películas, y menos de un 2 por ciento de todos ellos se comercializa con la etiqueta de no aptos para menores de 18 años.

En una entrevista con la televisión GMTV, el primer ministro británico, Gordon Brown, reconoció que hay que simplificar el sistema de clasificación y abogó por que el Reino Unido lidere este cambio a nivel mundial.

Por su parte, el ministro de Colegios del Reino Unido, Ed Balls, aseguró que el Gobierno ha aceptado todas las recomendaciones de Byron y que se pondrá a trabajar "de inmediato" en esta materia.

El estudio también recomienda la creación de un consejo estatal para la seguridad de los niños en Internet, que debería ser creado y controlado por el propio primer ministro y que incluiría, además de la representación del Gobierno, la del sector de los videojuegos, de los padres y de las asociaciones de protección de la infancia.

Balls afirmó que este consejo estará funcionando antes de finales de año, aunque no detalló qué porcentaje de financiación provendrá del Gobierno de Londres.

La investigación también solicita a las compañías del sector una mayor responsabilidad y más apoyo a las familias en la tarea de control.

La psicóloga responsable del estudio indicó que en la actualidad los padres no están preparados para ayudar a sus hijos porque no entienden las nuevas tecnologías, ya que los primeros son "inmigrantes digitales", mientras que los segundos son "nativos digitales".