Si el número de adeptos al running ha crecido exponencialmente en los últimos años, todavía más se ha incrementado a raíz de la pandemia. En este sentido, los podólogos han detectado dolencias y patologías en los pies por la práctica no adecuada de este deporte, muchas veces por hacer caso a falsos mitos relacionados con la salud y cuidado de los miembros inferiores. Estos son algunos aspectos a tener en cuenta:

Zapatilla correcta

Los podólogos ponen la atención en cinco prácticas erróneas. La primera es que hay que ser conscientes de que no se puede correr con cualquier deportiva. Sobre todo esta práctica es muy común en las personas que se inician en esta disciplina deportiva y solamente observan al comprarla que es una zapatilla cómoda. «Para escoger una zapatilla adecuadamente hay que tener en cuenta el peso de la persona, el tipo de pisada que tiene y los kilómetros aproximados que vaya a realizar. En esto, es de gran ayuda contar con el asesoramiento de un podólogo», aseguran los especialistas.

Buen estudio de la pisada

Los podólogos advierten de que un estudio de la pisada que no sea realizado por un podólogo o un médico no es fiable. De hecho, puede llevar a conclusiones erróneas sobre la supuesta zapatilla más adecuada, que perjudique a los miembros inferiores.

«El 80% de las lesiones de los corredores vienen derivadas por problemas de apoyo plantar», destacan.

Tiempo de la carrera

Toda carrera de más de 40 o 50 minutos necesita un periodo de adaptación. Esto quiere decir que si alguien se inicia al running, debe hacerlo progresivamente, utilizar unos calcetines técnicos e hidratar bien los pies para que éstos se vayan habituando a la práctica e ir atendiendo a las pequeñas lesiones, como ampollas o laceraciones.

Barefoot runing

Hay que ser conscientes de que no todo el mundo puede utilizar la técnica del 'barefoot running', calzado minimalista, ya que éste requiere unas condiciones físicas determinadas (indicado para corredores que no presenten defectos importantes en su pisada y cuya elasticidad ligamentosa y muscular tolere el estiramiento progresivo).

Buenas curas de las heridas

«Aunque parezca evidente, hay que recordar que el agua con sal no cura las heridas. Éstas deben ser desinfectadas y tratadas adecuadamente. Nos encontramos en consulta infecciones y otros problemas como consecuencias de no haberlas curado correctamente. Lo que sí que es cierto que hacer contrastes con baños de agua caliente y fría son estupendos para mejorar la circulación y aliviar los procesos inflamatorios derivados de los excesos en la práctica deportiva», concluyen los especialistas.