La ansiedad está asociada con una mayor tasa de progresión desde el deterioro cognitivo leve hasta la enfermedad de Alzheimer, según un estudio presentado en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de América del Norte (RSNA, por sus siglas en inglés).

El Alzheimer representa una importante crisis de salud pública en todo el mundo. El número de muertes por esta enfermedad se ha duplicado con creces desde el año 2000, y actualmente es la quinta causa de muerte entre las personas mayores de 65 años en Estados Unidos.

Muchas personas con Alzheimer sufren primero un leve deterioro cognitivo, un declive en las capacidades cognitivas como la memoria y las habilidades de pensamiento que es más rápido de lo que normalmente se asocia con el envejecimiento. La ansiedad se ha observado con frecuencia en pacientes con deterioro cognitivo leve, aunque no se comprende bien su papel en la progresión de la enfermedad.

"Sabemos que la pérdida de volumen en ciertas áreas del cerebro es un factor que predice la progresión de la enfermedad de Alzheimer. En este estudio, queríamos ver si la ansiedad tenía un efecto en la estructura del cerebro, o si el efecto de la ansiedad era independiente de la estructura del cerebro para favorecer la progresión de la enfermedad", explica la autora principal del estudio, Maria Vittoria Spampinato, profesora de Radiología en la Universidad Médica de Carolina del Sur en Charleston (Estados Unidos).

El grupo de estudio incluyó 339 pacientes, con una edad promedio de 72 años, de la cohorte de la Iniciativa de Neuroimágenes de la Enfermedad de Alzheimer 2. Cada persona tenía un diagnóstico de base de deterioro cognitivo leve; 72 progresaron a la enfermedad de Alzheimer mientras que 267 permanecieron estables.

Los investigadores realizaron resonancias magnéticas del cerebro para determinar los volúmenes de referencia del hipocampo y la corteza entorrinal, dos áreas importantes para la formación de recuerdos. También probaron la presencia del alelo APOE4, el factor de riesgo genético más prevalente en la enfermedad de Alzheimer. La ansiedad se midió con estudios clínicos establecidos.

Como era de esperar, los pacientes que progresaban hacia Alzheimer tenían volúmenes significativamente menores en el hipocampo y la corteza entorrinal y una mayor frecuencia del alelo APOE4. Sin embargo, lo más notable fue que los investigadores descubrieron que la ansiedad se asociaba independientemente con el declive cognitivo.

"Los pacientes con deterioro cognitivo leve con síntomas de ansiedad desarrollaron la enfermedad de Alzheimer más rápido que los individuos sin ansiedad, independientemente de si tenían un factor de riesgo genético para la enfermedad de Alzheimer o pérdida de volumen cerebral", detalla la primera autora del estudio, Jenny L. Ulber.

La relación entre los síntomas de ansiedad y una progresión más rápida de la enfermedad de Alzheimer presenta una oportunidad para mejorar la evaluación y el manejo de los pacientes con deterioro cognitivo leve temprano, según los investigadores.

"Necesitamos entender mejor la asociación entre los trastornos de ansiedad y el declive cognitivo. Todavía no sabemos si la ansiedad es un síntoma -en otras palabras, su memoria está empeorando y se vuelven ansiosos- o si la ansiedad contribuye al declive cognitivo. Si fuéramos capaces en el futuro de encontrar que la ansiedad está realmente causando la progresión, entonces deberíamos revisar más agresivamente los trastornos de ansiedad en los ancianos", concluye Spampinato.