Se ha detectado que la edad del paciente que se somete a tratamientos de medicina estética es mucho más joven, descendiendo a los 26 años, debido a la influencia de las redes sociales. Esta es una de las conclusiones a las que ha llegado el estudio de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME), con el fin de evaluar la penetración del sector de la medicina estética en España.

La aparición de selfies, la difusión que la medicina estética tiene en las redes sociales y la influencia que estas tienen sobre los jóvenes ha hecho que los menores de 26 años se introduzcan en este mundo a través de rellenos de ácido hialurónico en los labios y otros tratamientos preventivos con toxina botulínica. Además, el estudio resalta que los primeros coqueteos con la medicina estética comienzan en la adolescencia motivados por un deseo de mejora y no de cambio.

Es fundamental que «cualquier tratamiento que se haga en edades jóvenes sea reversible porque nuestra piel y facciones cambian a lo largo del tiempo. Al poner un producto permanente, este queda tal cual y, a pesar de que nuestra piel envejezca, al final hay una disfunción que provoca que quede antiestético», advierte la presidenta de la Sociedad Española de Medicina Estética, Petra Vega, que recuerda que recuerda que «para cualquier tratamiento intervencionista la persona tiene que ser mayor de 18 años, siempre y cuando esté indicado».

El esudio de SEME también revela que existe cada vez más una tendencia hacia una medicina estética más natural y discreta. Para ello, el creciente uso del baby botox es fundamental. Se trata de una técnica estadounidense que consiste en infiltrar dosis más bajas de toxina botulínica para disminuir o prevenir ciertas patologías antes de que aparezcan.