Estamos acostumbrados a escuchar sonidos elevados en muchos de los ámbitos diarios, como el trabajo, el gimnasio o el cine, así como música de altos decibelios en discotecas o bares, un hecho que puede provocar pérdida auditiva, cuyo riesgo se incrementa con el uso de auriculares en los reproductores de música a volúmenes perjudiciales y durante largos periodos de tiempo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que 1.100 millones de jóvenes de todo el mundo podrían estar en riesgo de sufrir pérdida de audición debido a prácticas auditivas perjudiciales. Cabe destacar que el 50% de los jóvenes de entre 12 y 35 años de países de ingresos medianos y altos están expuestos a niveles de ruido perjudiciales a consecuencia del uso de dispositivos de audio personales como reproductores de MP3 y teléfonos inteligentes. Y alrededor del 40% están expuestos a niveles de ruido potencialmente nocivos en clubes, discotecas y bares.

Concretamente, el uso habitual de los auriculares puede provocar un envejecimiento prematuro de la audición producido por las lesiones que estos dispositivos provocan en las células ciliadas internas y que afectan sobre todo a los sonidos agudos. Según los especialistas, estas células ciliadas internas son las encargadas de trasmitir las señales al cerebro y pueden verse gravemente afectadas, sobre todo para usuarios habituales de los auriculares de tipo tapón. Cuando esto sucede, las células ciliadas se van degradando y se va perdiendo audición progresivamente.

Consejos

Entre los síntomas para saber si estamos sufriendo una pérdida de audición por estos dispositivos los expertos destacan los zumbidos o los pitidos en el oído al apagar los aparatos reproductores. La especialista recomienda acudir al especialista para realizarse un chequeo auditivo ante la mínima sospecha de sordera.

Para evitar problemas con los reproductores de música, los especialistas recomiendan ceñirnos a la regla sesenta y sesenta, es decir, no más de sesenta minutos al día a sesenta decibelios como máximo.

Según indica la OMS, se deben respetar los niveles seguros de exposición al ruido, ajustando el volumen a un nivel cómodo en un ambiente tranquilo, de modo que no supere el 60% del volumen máximo. Así como utilizar tapones para los oídos y auriculares que se ajusten bien y, de ser posible, que aíslen del ruido del entorno.

Cuando acudimos a un club nocturno, discoteca, bar, pub, evento deportivo u otro lugar ruidoso, se deben hacer breves descansos auditivos para reducir la duración total de la exposición al ruido.

De igual forma, se recomienda mantenerse lo más lejos posible de fuentes de sonido como los altavoces y limitar el tiempo diario de utilización de los aparatos de audio personales.