Los eccemas o 'dermatitis' son un grupo de enfermedades en las que existe una inflamación de la piel. Los síntomas pueden ser muy variados, desde picor, enrojecimiento o descamación, hasta la formación de vesículas o de pequeñas ampollas. Pueden aparecer por causas muy diversas, aunque en ocasiones no es posible averiguar el origen de los mismos.

Pese a la creencia de muchos, no es lo mismo un eccema que la dermatitis atópica. "No son exactamente lo mismo. La dermatitis atópica es sólo una de las múltiples causas que pueden favorecer la aparición de los eccemas", precisa en una entrevista con Infosalus la dermatologa del Hospital Vithas Nisa 9 de Octubre (Valencia), Sara Sánchez.

En concreto, la dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel, que afecta típicamente a los niños, aunque también puede presentarse en el adulto. Según describe la experta, cursa con sequedad de la piel, así como con brotes de aparición, o con empeoramiento de los eccemas, lo que suele ocurrir con más frecuencia en los meses de invierno. La dermatitis atópica tiende a resolverse de forma espontánea de cara a la pubertad.

Sobre quién es más propenso a padecer eccemas, la doctora Sánchez remarca que todo depende del tipo de eccema, ya que en muchas ocasiones se encuentran con que los pacientes que sufren de eccemas tienen antecedentes familiares. "Esto ocurre sobre todo con la dermatitis atópica, que se presenta por lo general en niños pequeños, aunque también pueden padecerla los adolescentes y los adultos", precisa.

Por otro lado, indica que los eccemas de contacto alérgico aparecerán en aquellos pacientes que estén previamente sensibilizados a una sustancia (alergeno) en concreto, para lo que se necesita haber entrado en contacto con dicha sustancia previamente. "Por ejemplo, esto lo observamos con frecuencia con algunos metales como el níquel, presentes en la bisutería", puntualiza.

Por el contrario, señala que, para que aparezca un eccema de contacto irritativo, no es necesario una sensibilización anterior, ya que éste puede aparecer desde la primera vez que entremos en contacto con un agente irritante. "Es característico, por ejemplo, de pacientes que emplean jabones o detergentes de forma continuada", remarca.

Así con todo, la especialista del Hospital Vithas Nisa 9 de Octubre (Valencia) recuerda que existen muchos tipos de eccema y las causas por las que aparecen son muy variadas:

1.- Dermatitis atópica.

2.- Eccema seborreico: Es una alteración crónica de la piel que cursa con brotes de empeoramiento. Afecta (como su nombre indica) a las zonas seborreicas del cuerpo (cara, cuero cabelludo y parte central del tronco). En estos eccemas es característico que aparezcan zonas de enrojecimiento con escamas gruesas y amarillentas. Tiende a empeorar con el estrés emocional, y durante los meses fríos y secos.

3.-Eccema dishidrótico: Caracterizado por una inflamación de la piel en las manos y los pies de pequeñas ampollas llenas de líquido. Estas vesículas suelen producir picor y comezón intensos

4.- Eccema de contacto: Se trata de lesiones cutáneas inflamatorias producidas por el contacto de la piel con determinados agentes externos.

En este contexto, la dermatóloga precisa que en general hay que mantener los eccemas a raya, empleando cremas hidratantes y ciertos medicamentos (en cremas o bien orales), ya que cuando aparecen suelen ser molestos, generando enrojecimiento y picor, y por lo general crean un mayor o menor impacto estético a quienes los sufren.

Sobre la dermatitis atópica la doctora Sánchez dice que suele mejorar de forma espontánea durante la pubertad, aunque mientras tanto habrá que controlar los posibles brotes para mitigar las molestias que ocasionan a los pacientes. Mientras, precisa que los eccemas de contacto no suelen curarse, por lo que deberán evitarse en la medida de lo posible los agentes externos que los causan.

Consejos a seguir ante un eccema

Así con todo, la especialista aconseja:

1.- Evitar agentes irritantes. El agua en general es uno de los principales causantes de irritación, sobre todo en aquellas áreas con aguas muy duras. Así, se recomienda evitar una higiene excesiva, realizando duchas cortas y con agua tibia.

2.- Emplear cremas hidratantes con frecuencia, preferiblemente sin perfumes.

3.- Evitar jabones fuertes, y aquellos que contengan perfumes.

4.- Tras la higiene, se debe secar la piel sin frotar en exceso para no incrementar la irritación.

5.- Evitar ropa hecha con tejidos sintéticos y a base de lana, ya que pueden incrementar el picor y el enrojecimiento de la piel. Es preferible usar lino o algodón.

6.- En el caso de pacientes con eccema alérgico, deberán evitar en la medida de lo posible el alergeno en cuestión (aunque a veces esto puede ser complicado).

7.- En algunos casos, principalmente en los eccemas de contacto localizados en las manos, puede ser de gran utilidad el empleo de guantes recubiertos de algodón en su interior para evitar la irritación con sustancias externas y la producida por el contacto del plástico de los guantes.

8.- En el caso de eccemas recurrentes, persistentes o de gran extensión, se recomienda acudir a un especialista en dermatología para realizar un correcto diagnóstico y tratamiento de las lesiones.