Esta es una de las preguntas que más me hace la gente en consulta. Por supuesto, hay diferentes razones por las que un matrimonio pueda fracasar. Dar una respuesta concreta a la pregunta "¿por qué no funciona mi matrimonio?" puede parecer demasiado complejo y ambicioso.

Sin embargo, si observamos de cerca a los matrimonios que dejan de funcionar, encontramos un denominador común. Podríamos decir que la mayor parte de parejas que fracasan, a pesar de las diferencias entre unas y otras, lo hacen por una misma falta.

Me atrevería a afirmar que el mayor número de divorcios se debe a una causa: falta de inversión. Sucede que, al comienzo de una relación, las dos personas que la componen invierten cantidades importantes de muestras de cariño, de tiempo juntos, de largas conversaciones, sorpresas y detalles. ¡Con razón la gente dice que al principio las cosas iban mejor! Es que al comienzo uno da más y paradójicamente exige menos. Siguiendo la inercia de la rutina, se empiezan a dar por hecho muchísimos comportamientos buenos de nuestra pareja. Entonces, ocurre el proceso inverso: nos volvemos más exigentes y, a partir de las decepciones, damos menos.

Así que pasado un tiempo, nos encontramos con parejas que están conviviendo y que como ya se van a ver en casa, no hacen citas fuera de casa para dedicarse tiempo el uno al otro. Nos encontramos con parejas que ya no se dicen las cosas porque como "se conocen" no hace falta hablar. Nos encontramos con parejas que simplemente están aguantando, en medio de la rutina, con una mínima esperanza de que la relación llegue a mejorar.

Pero no podemos esperar que la relación funcione porque un día lo hizo. No podemos esperar que la relación de pareja resurja, si no invertimos de forma activa en ella. No podemos esperar a recibir más, antes de volver a dar.

Gottman nos habla del banco del amor. Aquel lugar en la memoria de cada pareja donde se almacenan los buenos recuerdos juntos. Quizás, todas las parejas tendrían que revisar cada cierto tiempo cómo está su particular "banco del amor". Quizás descubramos que es necesario

volver a invertir para que la relación vuelva a funcionar. Decir te quiero, dar un masaje, preparar la bañera, hacer la cena, salir a pasear, hacer una escapada o jugar a las cartas. Por cualquier lado se puede comenzar si lo que queremos es volver a conectar.

Comenzando un nuevo año, podemos ponernos manos a la obra con el objetivo de invertir en el banco del amor.