¿Cómo puede ayudarnos mindfulness o alimentación consciente a la hora de perder peso? Mindfulness o atención plena es una base para una vida más consciente y atenta y, esa vida, incluye el área de la alimentación.

En la actualidad, el exceso de estímulos, las prisas, etc. facilitan una inercia que nos arrastra a patrones de alimentación disfuncionales, en los que tragamos comida sin consciencia y por motivos ajenos a las sensaciones de hambre.

Estos motivos están relacionados con los estilos de ingesta, que consisten en comer por motivos ajenos a las sensaciones interoceptivas de hambre. En los estilos de ingesta "los disparadores de la conducta de comer son ajenos a las señales físicas, vinculados a estímulos externos, están detrás de la manera en la que nos relacionamos con la comida y con los malos hábitos alimenticios", señala la doctora Cristina Martínez, especialista en psicología de la Unidad de Obesidad de Quirónsalud Valencia.

Existen tres estilos de ingesta: el restrictivo, relacionado con la mentalidad de dieta, de prohibición, de escasez y que es insostenible a medio y largo plazo, ya que la restricción de algunos tipos de alimentos suscita el deseo de consumirlos; el emocional, que consiste en tratar de gestionar las emociones a través de la ingesta de alimentos y, el comer externo, que se da cuando el deseo de comer se dispara por señales que están fuera de nosotros mismos, tales como la presencia de alimentos, olores, colores, etc. "Los estilos de ingesta", indica la especialista "no son un problema en sí mismos a la hora de realizar una dieta, la verdadera cuestión es la gran desatención y desconexión con las señales del propio cuerpo".

Para ayudarnos a llevar una alimentación sana y perder esos kilos de más, la especialista recomienda la práctica mindful-eating. Esta práctica consiste en un modelo de alimentación consciente, ajeno a la prohibición o restricción alimentaria, basado en la atención a las propias señales internas y que equilibra la satisfacción, entendida como el placer y el bienestar, el cuidado, entendido como la atención a las propias necesidades físicas, psicológicas y emocionales, y a la salud. Básicamente, consiste en una serie de actitudes, estrategias y técnicas que nos permiten aprender a comer de manera más atenta, responsable y saludable.

"Es muy importante para aquellas personas que quieran perder peso poner atención e intención a la experiencia, las emociones, las sensaciones físicas y las conductas que tienen lugar antes, durante y después del acto de comer", concluye la especialista.

No saltarse las comidas, clave para perder peso

Existe la falsa creencia que el saltarnos determinadas comidas como pueden ser el desayuno o la cena pueden ayudarnos a perder peso. Como indica la doctora Carolina Pérez, nutricionista de la Unidad de Obesidad de los Hospitales Quirónsalud Torrevieja y Murcia, "esta práctica no puede estar más lejos de la realidad ya que además de ser peligrosa para la salud tiene como consecuencia un efecto rebote que nos hará subir de peso de manera más rápida".

Entre sus múltiples efectos se encuentra la subida del índice glucémico que se produce en el organismo tras tres horas sin ingerir ningún tipo de alimento, "lo que conlleva una mayor sensación de hambre y la necesidad de más cantidad de comida para saciarnos", advierte la especialista. Además, el evitar la ingesta de alimentos no conlleva en ningún caso la pérdida de las reservas de grasa, "esto es debido a que nuestro cuerpo entra en alerta, y reserva grasa provocando que nuestro metabolismo se ralentice en lo que llamamos el "efecto rebote", explica la especialista.

La doctora Pérez también advierte de los peligros de recurrir a las barritas o batidos sustitutivos de comidas no refrendados por laboratorios farmacéuticos al tratarse de alimentos procesados y con proteínas de muy baja calidad.

"Es mejor para el organismo y nos ayudará a conseguir nuestro objetivo antes una comida compuesta de vegetales y pechuga a la plancha que cualquier alimento sucedáneo".

Las especialistas advierten de la importancia de la supervisión médica a la hora de realizar cualquier tipo de dieta o régimen.