El número de alergias crece cada año. Cada vez son más los que sufren de rinitis, asma e, incluso, problemas pulmonares mayores. El Centro Europeo de la Fundación para la Investigación de las Alergias (ECARF) arroja cifras preocupantes: se estima que, en 2020, uno de cada dos europeos tendrá alergia. Y uno de los problemas parece estar en el agua.

El agua es fuente de vida. Y tanto es así que un individuo puede estar mucho más tiempo sin comer que sin hidratarse. Además, todos los procesos bioquímicos que se dan en el organismo tienen como medio de reacción el agua. No en vano, el ser humano es casi el 70% agua, y la falta de ésta en cualquier ser vivo es un mal signo. Pero el exceso también. Existen multitud de estudios que confirman la alta relación que existe entre vivir en un ambiente excesivamente húmedo con la aparición de alergias, enfermedades pulmonares y el agravamiento de dolores reumáticos.

Vivir en un ambiente con una humedad superior al 65% acabaría por poner en riesgo la salud. El problema reside en que los ambientes húmedos son el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de una serie de microorganismos dañinos para el ser humano, como los hongos, los ácaros y el moho, entre otros. Muchas personas aquejadas de sufrir alergia a la humedad son, en realidad, alérgicos a esta serie de microorganismos.

En ciudades con climas húmedos la situación se complica, apareciendo humedades por condensación, por filtración y por capilaridad. Por tanto, la solución más eficaz siempre pasa por la impermeabilización y el tratamiento de humedades en viviendas, colegios y locales por parte de empresas especializadas.

Hongos y mohos

Hongos y mohosLa falta de luz, las filtraciones, una casa poco soleada y mal ventilada es el escenario perfecto para la aparición de hongos. Pese a que en un primer momento el ojo humano no sea capaz de detectarlos, el lugar habitual de estos microorganismos son los zapatos, la ropa gruesa y los objetos de piel guardados en armarios. Y es cuando la concentración crece, cuando aparecen las manchas características de los distintos tipos de humedad.

Pero si hay un hongo que deba tenerse especialmente en cuenta por sus implicaciones en la salud es el moho, una de las principales causas de alergias. En una vivienda se puede encontrar moho en las partes bajas de paredes, en el baño, en el sótano o, incluso, en los marcos de las puertas y en objetos de madera.

La forma más eficaz de controlar el moho es controlando la presencia de humedades en casa. Sin humedad, el moho no crece. Un buen trabajo de impermeabilización para eliminar humedades es la base para atajar este problema. En una vivienda, el primer paso será comprobar si existen posibles filtraciones de agua, el estado de tuberías y detectar grietas, para finalmente dejar en manos de profesionales su reparación. Mientras tanto, será necesario prestar especial atención a la ventilación de la vivienda, mantener limpios los aires acondicionados, evitar el uso de alfombras y controlar la limpieza y desinfección del baño.

Cuidado con la edad

Cuidado con la edadEn torno al 20% de familias españolas sufren problemas de humedades en casa y todos los problemas que se deriven de ello son peores en edades tempranas. El motivo: el sistema inmunitario inmaduro no tiene capacidad defensiva frente a estos patógenos. Bien es cierto que una exposición controlada y moderada a este tipo de agentes ayuda a fortalecer el sistema defensivo de los más pequeños, pero estudios recientes de la Universidad de Birmingham, en Reino Unido, demostraban que la humedad acumulada en paredes, techos, sótanos y alfombras del hogar, así como el propio olor a moho, duplicaban el riesgo de desarrollar asma en niños de 1 a 7 años.

Otro informe publicado en la American Journal Epidemiology, realizado con una muestra de casi 2000 niños finlandeses, aseguraba que el 16% de los niños estudiados que vivían en casas donde había factores que propiciaban la aparición de humedades y moho dieron positivo en rinitis alérgica.

En España, zonas del País Vasco, Galicia, Cantabria o Asturias son zonas húmedas por definición, por lo que este problema es extensible también a nuestra geografía.