Salir del agua con los dedos arrugados como pasas es un hecho que a los adultos nos pasa desapercibido, pero que a los más pequeños les crea fascinación. Y es esa curiosidad tan genuina la que nos hace preguntarnos por qué sucede este fenómeno en nuestra piel.

Los científicos llevan años intentando determinar cuáles son los motivos de este arrugamiento. Un estudio de 2013 de laRoyal Society publicado en la revista Biology Letters sostenía que el objetivo de esta modificación de la epidermis sirve para mejorar el agarre de objetos mojados o bajo el agua.

En primera instancia, se pensaba que el efecto de arrugamiento era el resultado del paso del agua a la capa exterior de la piel de los dedos, algo que provocaría que se hincharan y se arrugaran, pero los científicos descubrieron que se trata de algo más complejo para llevar a cabo la función de agarre.

Durante el experimento, 20 personas tenían que pasar 45 objetos de diferentes tamaños de un contenedor a otro. En algunos casos, los objetos estaban secos y los dedos de los participantes estaban o lisos o arrugados. En otros casos, los objetos estaban debajo del agua.

Los científicos vieron que los dedos "arrugados" permitían a los participantes transferir los objetos más rápidamente cuando estaban sumergidos, pero no encontraron diferencia en el caso de los objetos secos.

¿Por qué no tenemos los dedos arrugados todo el tiempo?

Los investigadores del estudio se cuestionaron por qué no tenemos los dedos arrugados siempre si eso facilita el agarre de objetos. Las teorías apuntaban que contar con pliegues permanentemente en nuestras yemas podría disminuir su sensibilidad o aumentar el riesgo de daño al coger ciertos objetos.

La capacidad de nuestro cuerpo para que los dedos se arruguen en condiciones húmedas podría haber ayudado a nuestros antepasados a conseguir comida de vegetaciones húmedas, algo fundamental en la supervivencia. Por otro lado, las plantas de los pies también sufren esa transformación tras estar en el agua: los científicos llegaron a la conclusión de que su arrugamiento permitía a nuestros ancestros correr mejor bajo la lluvia, algo que podría compararse con el agarre de un neumático en condiciones húmedas.

Disparidad de conclusiones

No obstante, un estudio llevado a cabo en 2014 por científicos alemanes, demostró lo contrario. En la investigación 40 personas debían transferir 52 canicas y dados de diferentes tamaños y peso de un contenedor a otro.

La conclusión final fue que no existían diferencias claras en las habilidades a la hora de manipular objetos, independientemente de que los objetos estuvieran secos o sumergidos o que los dedos estuvieran lisos o arrugados.