El dolor de oídos es uno de los motivos más frecuentes de consulta durante el verano, tanto en Urgencias como en las consultas de Atención Primaria. Así lo apuntan desde los servicios de Otorrinolaringología. Estos expertos apuntan que "la otitis externa, también denominada 'otitis del bañista o del nadador', es muy frecuente durante estas fechas". En este sentido, destacan que "el calor y la humedad son factores favorecedores para la aparición de este proceso inflamatorio infeccioso que afecta al conducto auditivo externo, es decir, al conducto que comunica el pabellón auricular con el tímpano".

Dicha patología se caracteriza por un dolor que puede llegar a ser intenso y que se incrementa con la presión y la movilización del pabellón auricular, asociado a supuración. Su tratamiento consiste en la administración de preparados antibióticos tópicos, en forma de gotas para su aplicación en el oído, junto con analgésicos y antiinflamatorios, según informan desde el Área de Otorrinolaringología.

Asimismo, ante dicha afección se recomienda visitar al médico y evitar la entrada de agua en el oído hasta la resolución del cuadro infeccioso.

Prevención de la otitis externa

- Evitar el uso de algodones en los oídos

- Secar bien la zona tras salir del agua

- Evitar estar en el agua durante mucho tiempo

Otras afecciones de oído típicas del verano

Por otro lado, los expertos destacan que otra posible causa del dolor de oído frecuente en el período estival es el denominado barotrauma. Dicha patología se puede desencadenar por cambios de presión originados por viajar en avión, practicar el buceo o circular por carreteras de montaña.

Los otorrinos señalan que "esta lesión se produce cuando la trompa de Eustaquio, que es un conducto que comunica el oído medio con la rinofaringe (espacio entre la nariz y la garganta), no es capaz de compensar adecuadamente los cambios de presión". Y han añadido que "esta circunstancia puede verse favorecida por catarros o alergias".

El principal síntoma del barotrauma es el dolor de oído, aunque también puede concurrir con síntomas como sensación de presión o de taponamiento del oído. El tratamiento incluye maniobras para facilitar la recuperación del equilibrio de presiones entre el oído y el exterior, como masticar chicle o bostezar, así como algunos medicamentos descongestionantes nasales o antihistamínicos en algunos casos.