La exposición a un ruido excesivo, el envejecimiento, antecedentes familiares, infecciones crónicas del oído, el consumo de determinados medicamentos... Son muchas las causas que originan la pérdida de audición, que puede ser leve, moderada, grave o profunda. Afecta a uno o ambos oídos y entraña dificultades para oír una conversación o sonidos fuertes. Y por eso cada día se suceden los mensajes de los profesionales en la materia, recordando que a través de un diagnóstico y prevención se pueden evitar estos problemas en cerca de un 50% de los casos, según alerta la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La detección y la intervención tempranas son fundamentales para reducir al máximo las consecuencias de la pérdida auditiva en el desarrollo y el rendimiento escolar del niño. En el caso de los lactantes y niños pequeños que tienen problemas de audición, descubrirlos y tratarlos a tiempo, en el marco de programas de detección auditiva neonatal, pueden mejorar los resultados lingüísticos y escolares del menor. Buscar soluciones a las enfermedades del oído en los ámbitos preescolar, escolar y profesional también es una herramienta eficaz para identificar y tratar la pérdida de audición en una etapa temprana.

En la vida adulta hay pruebas que hacen posible la detección de alteraciones en el oído y que deben realizarse a partir de los 45 años, aproximadamente, coincidiendo con las pertinentes evaluaciones de medicina preventiva laboral, sobre todo en el caso de las personas que desempeñan profesiones de riesgo para la audición, como los trabajos que se desarrollan, por ejemplo, en ambientes ruidosos.

La situación de las personas que viven en este contexto puede mejorar con la utilización de audífonos y otros dispositivos de ayuda auditiva. La logoterapia, la reeducación auditiva y servicios similares también pueden ser beneficiosos. La mayoría de las personas que viven con pérdida auditiva pueden sacar provecho de la detección temprana y un tratamiento correcto. Esto es especialmente importante cuando se habla de los niños ya que la falta de audición puede afectar a su desarrollo.