Los sistemas de comunicación de las personas sordas tienen una indiscutible carga visual y física. Algunos son capaces de leer los labios y entender de forma casi perfecta, mientras que otros se comunican con un lenguaje en el que las señas prevalecen sobre las palabras. Conversar con alguien que ha sufrido pérdida de audición, por tanto, exige tomarse más tiempo para intercambiar impresiones pero se trata de una experiencia enriquecedora. A la hora de comunicarse con gente que padece discapacidad auditiva o sordera, los expertos proponen seguir una serie de consejos.

Son muchas las pautas que se ponen encima de la mesa, pero la mayoría de profesionales coinciden en la necesidad de captar la atención de la persona sorda antes de empezar a hablar. «Llama su atención con un ligero toque (por ejemplo sobre su hombro) o hazle una discreta seña», aconseja Carmen Jáudenes Casaubón, licenciada en Ciencias de la Educación (rama de Educación Especial) por la Universidad Complutense de Madrid, especialista en Trastornos de la Audición y el Lenguaje por la Universidad Autónoma de Madrid y actual directora de la Confederación Española de Familias de Personas Sordas (FIAPAS). «Espera a que te esté mirando para empezar a hablarle. Si se trata de una conversación en grupo es necesario respetar los turnos entre los interlocutores e indicarle quién va a intervenir», prosigue.

Acto seguido, lo más recomendable es situarse a la altura del interlocutor para que pueda ver bien nuestra boca. Una vez dado ese paso conviene hablar de frente y con naturalidad, vocalizando bien pero sin exagerar y con un ritmo tranquilo, ni deprisa ni demasiado despacio, utilizando frases completas y palabras conocidas.

En el caso de que no se haya entendido el mensaje que se pretende transmitir, se debe repetir, por ejemplo, diciendo lo mismo con frases más sencillas, pero correctas, y con palabras que tengan el mismo significado. También se pueden utilizar gestos naturales, palabras escritas o dibujos para facilitarle la comprensión de lo que se quiere decir. En este sentido, lo ideal es señalar o coger algún artículo del que se está hablando y esperar hasta que nos estén viendo de nuevo antes de continuar hablando. También se puede utilizar expresiones mímicas, como beber, saltar y comer para ilustrar tus palabras; o usar los dedos para indicar números, escribir en el aire para indicar que estas redactando una carta, etc. Una vez que una persona con problemas de audición sepa cuál es el tema general, le resultará más fácil seguir la conversación.