Unas 3.000 personas fallecen al año en España como consecuencia de una infección hospitalaria, cifra que supera a la de los muertos por accidentes de tráfico y que un simple gesto como el de lavarse las manos podría reducirla entre un 30 y un 70 %, según advierten los expertos.

«Lavarse las manos antes de tratar al paciente es el equivalente a ponerse el cinturón de seguridad cuando alguien se sube al coche» y «es lo más importante para prevenir infecciones en el hospital», ha alertado el doctor Javier Cobo, del Servicio del Enfermedades Infecciosas del Hospital Ramón y Cajal.

Según los estudios, las infecciones contraídas en el hospital provocan anualmente 3.000 muertes y la prevalencia de contraerlas en un centro sanitario español se sitúa en el 7 %. «Al único sitio al que no hay que ir si uno no quiere coger una infección es a un hospital», ha dicho el presidente de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud, Emilio de Benito.

En la jornada, organizada por Anis y la farmacéutica Angelini, los expertos han coincido en que aunque las cifras han decrecido en los últimos años, el problema está agravado por las resistencias que las bacterias adquieren en los centros hospitalarios. Cobo también ha explicado que la infección nosocomial, aquella que se contrae en el hospital, puede tener su origen en un personal sanitario masificado o estresado.

La explicación es que «si una enfermera tiene muchos pacientes, tiene más prisa, corre mayor riesgo de no lavarse manos y no llevar guantes» o no adoptar las medidas higiénicas convenientes por falta de tiempo. «A veces se está curando una infección y se está generando otra», ha aseverado Cobo, quien ha añadido que esto es común en los «tratamientos intravenosos que requieren la utilización de vías o catéteres».

Pero la higiene dentro del centro hospitalario y, especialmente, la de manos, son la mejor barrera. El hecho de que el enfermo esté debilitado o que sea anciano también aumenta el riesgo.

Según datos extraídos de un hospital de Barcelona, los médicos son los profesionales que menos medidas de protección toman al tratar al paciente. Según el doctor José Barberá, del Servicio del Medicina Interna del Hospital Universitario HM Montepríncipe, «no existen recursos dedicados a la prevención de las infecciones» y tampoco hay fuerzas sociales que apoyen este asunto.

Los doctores han alertado de que las infecciones nosocomiales tienen consecuencias clínicas y económicas dado que incrementan la estancia hospitalaria del enfermo.

Pero también provocan un impacto emocional en el paciente «porque sufre y se pregunta: "¿por qué he cogido esto?». Según estos profesionales, en la tarea de prevención también son importantes los pacientes y familiares.