En los meses de verano el ruido de las terrazas y bares nocturnos disparan los casos de estrés y de insomnio, llegando a triplicarse en algunas de las localidades afectadas por este problema, y los síntomas principales incluyen fatiga crónica, irritabilidad, bajo rendimiento, taquicardias y crisis agudas de ansiedad, según informa Nascia.

"No es solo un problema de falta de sueño, sino que se extiende a todos los ámbitos del día a día del afectado, incapacitándole para llevar una actividad normal", explica el director, Muñoz Gacto añadiendo que "el problema debe ser tratado con un programa de actuación determinado y completo para evitar que la persona entre en un círculo vicioso en el que la ansiedad o el estrés sean los protagonistas".

"El caso de Magaluf (Mallorca) es sólo uno más entre miles de protestas vecinales en otros puntos de nuestro país". Recientemente las protestas de los vecinos en la zona de Azca en Madrid ha llevado a proteger la zona contra niveles de contaminación acústica muy elevada.

En Barcelona el 68 por ciento de sus ciudadanos en algún momento está expuesto a niveles de decibelios que "duplican la tasa permitida" y tanto en el barrio de la Vila de Gràcia como en Ciutat Vella los vecinos protestan cada año. Por otro lado, Muñoz Gacto alerta de que el Ayuntamiento de Sevilla "sancionará duramente a quienes arrastren las sillas en las terrazas".

En zonas costeras existen plataformas de afectados

En zonas más costeras y turísticas como Benidorm, Málaga o Almería existen diversas plataformas de afectados por el ruido que cada año "denuncian estos hechos logrando que las alcaldías pacten medidas de conciliación con las distintas asociaciones de hosteleros y empresarios", señala.

Una de las herramientas que cada vez se está utilizando más y con mayor éxito para tratar los problemas del insomnio y el estrés derivados del ruido es el 'Biofeedback'. Esto permite con una serie de sensores "estudiar las respuestas del paciente al estrés y ansiedad, mediante la medición de variables fisiológicas como la tensión muscular, la respiración, el ritmo cardíaco o el nivel de actividad cerebral en tiempo real". "Mediante un entrenamiento la persona puede ver en pantalla en qué situación están sus variables y cuál es la situación deseada, y con la práctica y en varias sesiones puede superar su problema", agrega.

La Ley 37/2003 del Ruido determina que entre 35 y 45 decibelios es el máximo permitido en función de los períodos en los que se divide el día y que son ocho horas la noche, cuatro horas la tarde y 12 horas el día. En el período de noche, que es cuando se producen estas infracciones por parte de algunas terrazas y bares nocturnos, el nivel de decibelios no debe sobrepasar nunca los 35.