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¿Cómo ha evolucionado el Colegio de Odontólogos desde su llegada?

Han pasado 18 años desde que llegué y en este tiempo se ha quintuplicado el número de dentistas, ya que hemos pasado de 150 a 1.200 colegiados.

¿Qué funciones lleva a cabo el Colegio?

El colegio regula y controla la profesión, y para ello contamos entre otras cosas con una Comisión Deontológica. Cabe destacar que quizás lo más importante en estos momentos sea la bolsa de trabajo, ya que un 30% de los dentistas de la Comunidad se encuentra en paro.

¿Cuáles son los principales problemas contra los que luchan?

El Colegio lucha contra el intrusismo por parte de profesionales como algunos protésicos dentales, aunque ése ya no es nuestro principal problema. En estos momentos estamos denunciando el tema de las publicidades falsas, fundamentalmente a través de internet. Hay muchas páginas de ofertas en las que se ofrece un implante o un blanqueamiento por un precio sin decir que ese precio no incluye el tratamiento completo. Es como si ponen un anuncio de venta de un coche por 500 euros y cuando vamos al concesionario nos lo dan sin ruedas y sin asientos porque hay que comprarlos aparte. Además, con este tipo de publicidades se está promoviendo que los pacientes se autodiagnostiquen, cuando esa tarea corresponde a los profesionales sanitarios. No tiene sentido y exigimos a las administraciones que luchen de forma contundente contra este tipo de anuncios. Luego por otro lado está la problemática de las franquicias y las aseguradoras, que también se están metiendo en nuestro terreno. Este hecho está provocando que los dentistas cada vez trabajen más y cobren menos, viéndose en muchas ocasiones abocados a situaciones injustas que afectan a la calidad de la atención que recibe el paciente.

Comenta que cada vez hay más paro?

Tenemos que exportar profesionales porque nos están obligando a la inmigración. Cada vez se abren más facultades y salen más profesionales que luego se encuentran con un panorama laboral desolador. Los jóvenes se están marchando a países como Inglaterra pero me consta que el mercado allí también se está saturando. Hay que tener en cuenta que formar odontólogos cuesta mucho dinero, pero en la Región llevan sin convocarse oposiciones para el Servicio Murciano de Salud desde hace diez o 15 años, lo que ha provocado que se forme el caldo de cultivo idóneo para empresarios sin escrúpulos. Son situaciones que el Estado debería regular porque cada vez hay más dentistas-camareros. La canción de Un príncipe y un dentista nos hizo mucho daño porque la gente tiene la percepción de que ganamos mucho dinero cuando la realidad es que algunos no llegan ni a los 1.000 euros.

¿Qué tipo de actividades están llevando a cabo que reviertan en el bienestar de los ciudadanos?

En el Colegio de Odontólogos intentamos llegar principalmente a tres grupos de personas: niños, ancianos y discapacitados. Quiero destacar que en estos momentos de crisis está habiendo movimientos solidarios por parte de los dentistas, atendiendo desinteresadamente a los más necesitados. Estamos colaborando con la Consejería en un plan de salud bucodental para los niños que cubre desde los 6 hasta los 14 años. Además, queremos llevar a cabo el proyecto Proddis, para atender de forma gratuita a las personas con discapacidad, pero el problema como siempre es la falta de financiación.

Acaban de firmar una prórroga con la Comunidad Autónoma para continuar desarrollando actividades de promoción y formación...

Somos uno de los colegios de España que estamos ofertando una mejor formación a nuestros colegiados. Pensamos que los dentistas ahora deben estar lo más preparados posible para afrontar con garantías el futuro. Somos conscientes de cómo está la situación y por eso hemos decidido rebajar de nuevo la cuota de colegiación; y además las personas que están en paro no pagan nada, al igual que ocurre con las embarazadas.

¿Cómo se presenta el futuro de la profesión?

Me gustaría ser más positivo pero lo cierto es que en estos momentos vemos muy mal el futuro. Creo que hasta que no nos reconozcan como una parte más del sistema sanitario nuestros problemas van a continuar. Cada vez se abren más facultades y hay más saturación de profesionales optando a los pocos puestos de trabajo que hay. Muchos se han convertido en comerciantes y charlatanes, cuando en el mundo sanitario nunca se debería comerciar.