Las infecciones virales que tienen lugar en invierno desencadenan, en ocasiones, en problemas en el oído, como otitis media-aguda o neuritis vestibular, que supone un cuadro de vértigos que pueden durar hasta dos semanas, señala el secretario general de la Sociedad Española de Otorrinolaringología (SEORL), el doctor Miguel Arístegui Ruiz.

Las enfermedades del oído que se producen durante esta estación con más frecuencia, señala este experto a Europa Press, son infecciones en el oido medio, como otitis media-aguda, "especialmente en niños y personas predispuestas a padecerlas" así como otitis media-crónica, que aparecen en individuos que ya han padecido esta enfermedad en el pasado y que "se reactivan".

"En la otitis media-aguda predomina un dolor muy agudo e intenso", precisa este experto, al tiempo que asegura que el afectado puede incluso que "oiga menos". Entonces, el paciente tiene que acudir donde el especialista que, por lo general, suele prescribir antibióticos para tratar "el germen que lo causa".

En cambio, las personas que padecen otitis media-cronica pueden padecer secuelas de por vida, entre las que se encuentra la perforación, que produce una supurado constante, una situación que suele arreglarse con cirugía, dice.

En cuanto, a la neuritis vestibular, que aparece a consecuencia de una infección viral en el nervio vestibular, este experto asegura que, pese a "que no compromete a la audición, es decir, no produce hipoacusia", genera un "vértigo intenso que va cediendo" con el paso de las semanas.

No obstante, Arístegui Ruiz precisa que esta disfunción vestibular deja secuelas en el paciente, quien tardará entre 1 ó 2 semanas en recuperarse. "Le cuesta recuperarse porque le queda un desequilibrio, al perder la función de un lado. El organismo tiene que acostumbrarse a trabajar con un solo ladrillo, el del lado contrario", argumenta.

Para su tratamiento, añade, se receta un sedante vestibular y fármacos para tratar los síntomas que produce el vértigo: nauseas, vómitos o sudoración.

Remedios caseros no recomendados

Sobre remedios caseros, como el algodón con aceite, para tratar el dolor producido por este tipo de infecciones, el secretario general de la SEORL, considera que el conjunto de otorrinos no es "muy partidario, porque a veces puede hacer mas daño que beneficio".

En sus palabras, "el aceite calma al oído por su calor" aunque, en el caso de que el paciente lo tenga abierto, "ese aceite colabora a que el oído se contamine más".

"Es mejor ponerse calor seco y, si el dolor es muy intenso, ir a Urgencias, pues igual hay que hacer una especie de cortecito en el timpano para que salga la pús y se libere la tension en el oído medio, aunque es muy raro que necesitamos hacerlo", explica.

En general, este experto insiste en la idea de que "cuanto menos se meta uno en el conducto, mejor". Y, en este sentido, aconseja eliminar solamente la cera que se produce en el exterior del oído, sin hacerlo en la zona interna.

La cera que produce el oído, señala, es eliminada naturalmente por unos 'pelitos' cercanos a las glándulas que la producen. "No es malo que se produzca demasiada", aclara este experto, para quien las personas que tienen una perforación en el oído "se pueden hacer mucho daño", al introducir la cera en el conducto, impactando contra el timpano. "No nos gusta que se manipule el conducto, si se tiene un problema, es mejor consultar al profesional", zanja.

En relación al fenómeno conocido como 'el oído estresado', Arístegui Ruiz alude a la enfermedad de Meniere, cuyo detonante puede ser el estrés, y que produce una disminución en la audición, (hipoacusia), presión en el oído, zumbido o vértigo.

Por último, este otorrino considera que "el oído es mejor que no esté tapado" y que, de hacerlo, que sea para protegerlo del agua y de la contaminación acústica.

"El ruido es un factor muy importante, determina cierta agresión. La prevención pasa por protegerse en el ambiente laboral y no someterse a ruidos intensos (música elevada)", explica, al tiempo que asegura que "el oído es como si tuviese memoria" y que, con el paso de tiempo, aparecen las consecuencias de esta exposición.