El verano está asociado a las vacaciones. Y éstas, aunque sólo sea un par de días, a la playa. Jornadas interminables en los que el sol, el mar y la arena se convierten en los grandes protagonistas. Cuando acaba la época estival, volvemos con el recuerdo de todas las experiencias vividas, y el cuerpo y la mente descansados después de un año que se está haciendo más duro de lo normal a causa del coronavirus.

Sin embargo, además de con ánimos renovados, buenas vivencias y un bronceado envidiable, también regresamos de nuestras vacaciones con el pelo dañado. Y es que tanto descanso ha podido pasar factura a nuestra melena, la misma a la que al inicio del verano le dimos un toque de luz con unas nuevas mechas, o bien la coloración más extrema que siempre soñamos.

El verano es necesario con sus días largos en la playa, las siestas bajo un árbol y los chapuzones refrescantes en la piscina, pero también un estrés para nuestra melena, pero si no seguimos los cuidados necesarios, podemos regresar con el pelo arruinado.

Los efectos del calor, la sal, el cloro y el salitre tienden a resecar el pelo, lo deshidratan y eso conlleva encrespamiento. Además, si tenemos el pelo teñido, esos efectos se intensifican. La fibra capilar se vuelve más frágil y si no tomamos ningún cuidado, podemos incluso provocar su rotura.

Por todo ello, y según asegura Gonzalo Zarauza, peluquero y estilista de San Sebastián, a la vuelta del verano, los servicios más demandados en los salones son aquellos que restauran el brillo, el color, la hidratación y la vitalidad con tratamientos que nutren en profundidad y restablecen el equilibrio perdido.

Además, y como informa José García, peluqero de Pamplona, cada caso es único, con lo que lo primero es un buen diagnóstico y mucho más si lo que quiere la clienta es una verdadera cura revitalizante. El pelo de cada persona tiene sus características y percibe los daños de diferente manera, y, además, no debemos olvidar de comprobar cuál es el estado del cuero cabelludo.

A la hora de tratar nuestro pelo existen numerosos tratamientos a base de ingredientes naturales que respetan su naturaleza y que aportan vitaminas y minerales capaces de restituir su salud y belleza. Sin embargo, los logros del salón, deben conservarse con rutinas en casa.

Alexander Kiryliuk , director de SK Style Barcelona , recomienda cepillar el pelo antes de lavarlo, mojarlo bien y cuando lo enjabonemos, frotarlo con cuidado. Si somos demasiado bruscos, activaremos las glándulas sebáceas y haremos que el pelo se ensucie antes. También, es importante utilizar siempre un acondicionador acorde a nuestro tipo de pelo. Es lo que nos proporcionará hidratación y reparación. Si tenemos una larga melena, lo aplicaremos de la raíz a las puntas para ir desenredándolo con los dedos para que esté más suave y brillante.

Pero los cuidados no acaban con el lavado, ya que el uso de mascarillas semanales ayudarán a que nuestra melena se mantenga brillante y, sobre todo, sana. Por ejemplo, son aun más beneficiosas si al aplicarlas la dejamos actuar con una toalla caliente, puesto que el calor abre la cutícula y permite que los principios activos penetren con mayor facilidad.

En cuanto al peinado, Rafael Bueno de Málaga, recomienda que desenredemos el cabello con un cepillo de fibras naturales para pelos finos, ya que evitan que se rompa el pelo. Al secar la melena, otro consejo es que lo hagamos dirigiendo el calor desde la raíz a las puntas para que las cutículas estén cerradas y protegidas.