Vivo en un pueblo y, siempre que me encuentro algún gatito pequeño, corro a ponerle un cuenco con leche. Sin embargo, leo en muchos sitios que no es bueno y no quisiera estar haciendo un mal creyendo que es un bien ¿Es tan malo como dicen? ¿Qué debo hacer?
Las cosas han cambiado mucho. Algunas costumbres que hemos prolongado a lo largo de nuestra vida, hoy son rechazadas de pleno por la ciencia. Antiguamente, a los perros se les alimentaba con sobras o con pan duro. Hoy, eso se sabe que no es bueno. Igual ocurre con los gatos. Si la leche que les damos es la misma que nosotros consumimos, no les estamos haciendo ningún favor. Tienes que pensar que la leche de consumo humano tiene lactosa y la lactosa es un azúcar que los gatos digieren bastante mal, lo que les provoca cólicos y reacciones alergias. Si, además, no es un gato adulto sino que se trata de una cría con un estómago mucho más delicado, las consecuencias pueden ser aún peores. Si te fijas, desde hace tiempo existen en el mercado distintas marcas de leche maternizadas para animales. Todas ellas están adaptadas a sus necesidades y evitan provocar daño a sus estómagos. Te recomiendo que busques la clínica veterinaria más cercana o una que sea de tu confianza, y te dirijas a la misma para que te orienten al respecto.