Si ellos hablaran

30 millones de amigos

Dos gatos jugando.

Dos gatos jugando.

Raúl Mérida

En España la soledad cotiza al alza pero paliarla no sólo es cosa de psiquiatras o psicólogos. Los animales aportan compañía y cariño, por eso, una de cada tres personas mayores ya convive con animales. 

30 millones de amigos es el nombre de un programa de televisión francés que se emitió por primera vez en 1976 y que dio lugar al nacimiento de una fundación del mismo nombre y de una conocida revista mensual. Su acertado nombre obedecía al número de mascotas que se calculaba que existían por aquel entonces en todo el mundo. Su éxito fue tan arrollador que pronto se convirtió en un fenómeno internacional.

De eso hace casi 50 años y sin embargo España, ella sola, sin necesidad del resto del mundo, acaba de alcanzar esa cifra estimativa de animales. Actualmente viven en nuestro país 30 millones de mascotas, de los que aproximadamente 15 millones son perros y gatos: unos 9 millones perros y 6 millones gatos. Para alcanzar una cifra tan alta, hemos tenido que pasar una pandemia que, curiosamente, la ha duplicado. No es casualidad. El confinamiento trajo un cambio de costumbres sociales e hizo que muchas personas, por primera vez, trasladaran su lugar de residencia a chalets y casas de campo. Desde entonces, este fenómeno no se ha revertido, al contrario, la venta de este tipo de viviendas sigue al alza.

Sin embargo, hay más cosas que han influido en esa impresionante subida del número de animales por hogar. Por un lado la soledad. En España hay 5 millones de personas que viven solas y, de ellas, 3 millones de personas son mayores y están viviendo con animales de compañía.

Por otro lado, la baja natalidad. Muchas familias ya no tienen hijos, la media no alcanza ni siquiera a 1,2 hijos por mujer. Actualmente, el número de niños menores de 15 años es de 6 millones. La cifra no era tan baja desde 1940. Por eso, como el ser humano es también un animal social al que le gusta vivir en manada y, además, es el único capaz de adoptar y cuidar a otro de distinta especie, el número de animales de compañía en España sigue estando disparado. Sin duda, es un alivio para las altas cifras de abandono que seguimos sufriendo. El Yin y el Yang, el bien y el mal, que, inexplicablemente, conviven en un mismo momento de la sociedad.