Todos los meses de julio celebramos el día mundial del perro. Sin duda se lo merecen por muchas razones. Entre otras, por ser los mejores amigos del hombre y por no dudar en salvarnos cada vez que necesitamos su ayuda.

Cuando alguien dice que los perros darían la vida por su dueño se equivoca. Lo harían por él, pero también por cualquiera que necesitara su ayuda. Las redes sociales están llenas de imágenes de perros que se enfrentan a osos, tigres o leones que de un simple zarpazo podrían aniquilarlos. Sin embargo, no les importa. Pese a que podrían salvar sus vidas huyendo, su naturaleza se lo impide. Para ellos es imposible dejar desprotegido a aquel que necesita ayuda.

Siempre ha sido así. Desde Barry, aquel San Bernardo que corría a rescatar a todos los que quedaban sepultados bajo la nieve y que fue el primero en llevar un barrilete con medicación de emergencia colgado a su cuello, pasando por todos los perros que participaron en las distintas guerras mundiales asistiendo a los heridos. Imposible olvidar a Rin Tin Tin, el perro que estuvo también en la primera guerra mundial junto al sargento americano Duncan, quien terminada la contienda lo lanzaría a la fama mundial como estrella de cine.

Desde entonces hasta ahora ha habido muchos otros héroes de cuatro patas, como Buster, un perro británico que participó en la guerra de Irak en el año 2003, detectando bombas y que fue condecorado por la cantidad de vidas que salvó; como Frida, una perra labrador con unas dotes increíbles para el rescate de personas y que durante los terremotos que sufrió México en septiembre del 2017 salvó a un centenar de personas; o como Turco, un perro abandonado que encontraron los bomberos de Valladolid en el terremoto que sufrió Haití y que se calcula que salvó a más de una veintena de personas.

La lista es infinita. Existen casos de perros que buscan ayuda para personas que sufren un infarto o se asfixian, u otros que conducen a alguien hasta el lugar donde han abandonado a un niño recién nacido para que lo ayude.

Sin embargo, a las personas que conviven con un perro las historias anteriores les causan admiración, pero no sorpresa. Todas ellas saben lo que es tener a su lado al mejor amigo del hombre y eso, sin duda, son palabras mayores.