Según la legislación vigente, todos los animales abandonados en una ciudad son responsabilidad del ayuntamiento de la misma. Por eso, los municipios se encargan directa o indirectamente de la recogida de los mismos.

Para hacerlo, la mayoría de ayuntamientos tienen instalaciones propias para la acogida de esos animales, que unas veces gestiona el propio ayuntamiento y otras contratan con alguna empresa privada o con alguna asociación protectora de la zona. También puede ocurrir que dichas instalaciones pertenezcan a entidades privadas u ONG.

Otra forma muy habitual de gestionar esa recogida es mediante las mancomunidades. Estas entidades supramunicipales unen a varios ayuntamientos en la prestación del servicio para que el coste repercutido a cada uno de ellos sea menor. Esto ocurre, sobre todo, en municipios pequeños.

Una fórmula parecida es la que se usa en algunas provincias de España, en las que dicho servicio se presta desde las Diputaciones provinciales, bien para todos los municipios o, bien, sólo para que aquellos que poseen menos de 5000 habitantes.

Sin embargo, todavía quedan muchos ayuntamientos que no cuentan con servicio alguno para esta recogida. Y no crean que se trata de los más pequeños, aquellos en los que siempre hay algún vecino dispuesto a quedarse al animal hasta que aparezca el dueño, muchas veces son ayuntamientos que por problemas burocráticos, de administración o simplemente por dejadez, no cumplen con esta obligación que, en realidad, data del el 1 de julio de 1927. Fue, entonces, cuando el gobierno de España estableció la obligación de recoger animales abandonados en la vía pública, siendo el primer municipio en hacerlo el de Zaragoza.

Desde entonces hasta ahora, como suele decirse, mucho ha llovido. La sociedad ha evolucionado y, sin duda, la mentalidad de las personas también, aunque el abandono y el maltrato siguen siendo una constante. Por eso, poder contar con buenos servicios de recogida de animales que cubran las 24 horas, todos los días del año, resulta esencial para su protección.