Se llama viruela del mono solo porque fue descubierta en 1958 en varios grupos de monos de laboratorio usados para una investigación. Sin embargo, este tipo de animales no son reservorios de la misma. En realidad, serían los roedores de la selva africana los más proclives a serlo. Eso explica que el último brote de este tipo de viruela que se habría producido antes del actual fue en el año 2003 en Estados Unidos y los transmisores habrían sido ardillas, perros de la pradera y otros pequeños roedores importados para ser vendidos como animales de compañía.

Tampoco existe indicio alguno de que el origen de este tipo de viruela pudiera estar en ningún caso de zoofilia, como algunos ya se han lanzado a avanzar. Todo lo contrario. Según la OMS, el primer humano contagiado fue un niño de 9 años en el Congo en los años 70. Se relaciona su caso con que el mismo tuviera alguna lesión abierta que, al tocarlo, hubiera quedado en contacto directo con algún animal infectado.

Por otro lado, la transmisión no es exclusiva de las personas gays. Existen también mujeres infectadas, dado que el contagio se produce por el contacto directo con sangre, mucosas o fluidos corporales. Eso sí, parece que el mantenimiento de relaciones sexuales con una persona infectada de cualquier sexo favorecería su transmisión, pero, cuidado, no sería esta la única vía de contagio.

Los síntomas principales relacionados con esta enfermedad serían la aparición de fiebre, dolores musculares, erupciones e inflamación de los ganglios, siendo la causa más probable de su propagación el cese de la vacunación de la viruela en 1980. Como ven, cualquier decisión antivacuna debe repensarse mucho antes de ser tomada.

Respecto al tema de la pandemia, no parece que podamos estar ante otra como la del covid. Al menos, no desde el punto de vista físico. Otra cosa es que sí estemos metidos ya de lleno en algunas de esas otras pandemias que, desde el punto de vista psíquico, cada cierto tiempo asolan la humanidad, léase homofobia o simple intolerancia y odio hacia los animales. En realidad, nada nuevo que no se haya dado antes.