La Opinión de Murcia

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Pensamientos animalistas

La deshumanización del humano

Cuando en esta sección, a raíz de la invasión de Ucrania, decidí recoger el contenido de la carta que el Jefe Indio Seattle de la tribu Suwamish envió al presidente de Estados Unidos en respuesta a su oferta de compra por las tierras que éstos ocupaban, esperaba que, dado que tardaría varias semanas en trascribirla completamente, la guerra hubiera terminado antes. Desgraciadamente, no ha sido así. Sin embargo, aquellos que, pese a tener más de 150 años, la estáis conociendo ahora, podéis comprobar como su contenido explica la sinrazón que es intentar dominar lo que, en realidad, es de todos:

«Aún el hombre blanco, cuyo Dios se pasea con él y conversa con él, de amigo a amigo, no puede estar exento del destino común. Quizá seamos hermanos. Sabemos que nuestro Dios y el del hombre blanco es el mismo. Por eso no entendemos que queráis ser dueños de nuestras tierras. No podéis serlo. La tierra es preciosa para Dios y causarle daño significa despreciarle a él. Si contamináis vuestra cama, moriréis alguna noche sofocados por vuestros propios desperdicios. Pero aún en vuestra hora final os sentiréis iluminados por la idea de que Dios os trajo a estas tierras y os dio el dominio sobre ellas y sobre el hombre de piel roja con algún propósito especial. Tal destino es un misterio para nosotros, porque no comprendemos lo que será de nuestra tierra cuando los búfalos hayan sido exterminados, cuando los caballos salvajes hayan sido domados, cuando los recónditos rincones de los bosques exhalen el olor a muchos hombres y cuando la vista hacia las verdes colinas esté cerrada por un enjambre de alambres parlantes. ¿Dónde está el espeso bosque? Desapareció. ¿Dónde está el águila? Desapareció. Así termina la vida y comienza la supervivencia».

Poco se podían imaginar aquellos indios que, desde entonces hasta ahora, la historia no ha dejado de repetirse. Rusia, en su lucha por dominar Ucrania, está arruinando una tierra que, tras su paso, solo es un cementerio de personas y un monumento a la deshumanización del humano.

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