La Opinión de Murcia

La Opinión de Murcia

Si ellos hablaran

A Frank Cuesta, por su continua labor

A Frank Cuesta, por su continua labor

La historia es muy conocida. Dicen que una vez existieron dos ranas que vivían felices. Les gustaba pasear y explorar lugares nuevos que no conocían. Un día, saltando, emocionadas, se metieron en el interior de una cocina, donde les llamó la atención un precioso tarro repleto de rica nata. No lo dudaron, al descubrirlo saltaron a su interior.

Sin embargo, en cuanto sus cuerpos comenzaron a sumergirse en aquel líquido blanco, empezaron los problemas.

Pronto sintieron que la nata las engullía intentando ahogarlas en su interior. Desesperadas, saltaron una y otra vez, queriendo alcanzar la salida, pero todo era inútil. Sus cuerpos chocaban contra el cristal sin conseguirlo.

Una de las ranas, al verse desbordada por la situación, abandonó toda esperanza de escapar y, segundos más tarde, su cuerpo quedó sumergido en la nata, muriendo asfixiada.

La otra rana, sin embargo, decidió luchar hasta el final, agitando incansable sus patas para escapar de aquella trampa mortal. Y, así siguió, hasta que, cuando ya casi no le quedaba energía alguna, su cuerpo desfallecido cayó también sobre la nata, pero, al hacerlo, no se ahogó. Al contrario, se resbaló porque, de tanto moverla, había conseguido convertir la nata en mantequilla.

En la lucha contra el tráfico ilegal de especies es habitual desfallecer. Los insultos y las amenazas de aquellos que comercian con sus vidas son constantes. Hasta las redes sociales, manipuladas por aquellos que ganan dinero traficando con ellos, de vez en cuando hierven contra ti.

Frank Cuesta lo sabe bien. Lleva toda la vida peleando altruistamente por los animales. Tiene mucho mérito hacerlo viviendo donde vive y en las circunstancias en las que lo hace. Sin embargo, Frank tiene un defecto que, en estos tiempos, no se perdona fácilmente. Tiene la manía de decir lo que piensa y, aunque es capaz de pedir perdón si se excede, también defiende firmemente lo que cree. Gracias a eso tiene un infinito número de amigos, algún que otro enemigo, y ostenta el récord de ser una de las personas más honestas y sinceras que conozco. Por eso, en estos momentos en los que algunos se las niegan, quiero especialmente dedicarle estas palabras de reconocimiento y apoyo. No porque las necesite, de sobra sé que él es esa rana que nunca deja de luchar por vivir, lo hago, simple y llanamente, porque es una cuestión de justicia.

Compartir el artículo

stats