Es probable que hayas visto alguna vez a tu perro lamer el suelo y te hayas preguntado por qué lo hace. Es una acción que, pese a no ser la más común de los perros, muchos lo hacen de vez en cuando y es posible que te hayas preguntado por qué lo hace. Como todo lo que hacen estas mascotas, hay un motivo detrás. Te lo explicamos.

¿Por qué mi perro lame el suelo?

Y es que el instinto de los perros es una de sus armas más poderosas y muchas veces actúan en base a él, cuando se ponen a lamer el suelo de forma constante es una de ellas. Y es que con ello buscan provocar el vómito cuando están enfermos o tienen dolores en el estómago.

Es un acto instintivo que tienen desde que son cachorros y lo hacen cuando se sienten mal y optan, o bien por lamer el suelo de manera obsesiva, o por comer hierba hasta que logran vomitar. Con esto buscan acabar con el dolor.

Esto no es malo ya que se trata, como hemos dicho, de algo meramente instintivo. No obstante, podemos optar por ser precavidos y limpiar nuestra casa solo con agua, ya que algunos tipos de lejía pueden afectarle más a su salud y que en el suelo tampoco haya residuos tóxicos.

A veces los perros también lamen hierba buscando vomitar.

¿Qué debo hacer?

Lo mejor que puedes hacer, si ves que tu perro comienza a lamer mucho el suelo, es que lo saques a la calle o al jardín, ya que tarde o temprano acabará vomitando. No debes reñirlo porque lama el suelo, ya que es su forma intentar estar bien. De hecho, regañarle por hacerlo puede causarle confusión e incluso, si se hace muchas veces, causarle un trauma.

Otros motivos por los que lame el suelo

Si por el contrario, tu perro lame el suelo, pero no lo hace de manera obsesiva y continuada, sino que lo hace de vez en cuando, seguramente sea porque ha detectado olor a comida o el de otro perro. Un ejemplo del primer caso puede ser que se nos caiga algo de comida al suelo, y aunque limpiemos luego, el perro lamerá para saborear los pocos restos que puedan quedar.

Incluso, un motivo más extraño, aunque también posible, puede ser que la mascota tenga ausencia de determinados minerales y, para conseguirlos, acuda a vías alternativas. Una de ellas puede ser esta, aunque no es lo más frecuente.