Es solo un cachorro, ¿qué puede tener? Cinco o seis meses, no más. Desde hace unos días vive en un albergue de animales. Fue abandonado con las dos patas delanteras rotas.

Temporalmente, se llama Roto. No es su nombre definitivo, es sólo la descripción de su estado. Roto está roto por dentro y por fuera. Con el alma triste por haber sido abandonado y, como dice la canción, el corazón partido, siente en sus patas el dolor que produce tenerlas rotas ¿Qué puedo ocurrirle? ¿Fue una mala caída, un atropello o un maltrato puro y duro? Maldito sea aquel que causa daño a un animal.

Sí se sabe que el lunes pasado una persona acudió al albergue explicando que quería dejarlo. Dijo que su padre estaba muriéndose de covid en Barcelona y que, inmediatamente, tenía que partir a cuidarlo. Al día siguiente, sin embargo, descubrimos que, simplemente, no lo quería con las patas rotas. Maldito sea aquel que no es capaz de cuidar a su animal cuando lo necesita.

En aquel momento, creyendo que todo era verdad y ante la gravedad de lo que estaba explicando, pero también ante el estado que presentaba el perro con las patas rotas, se le explicó que, mientras se buscaba urgentemente una solución y dado que tenía que salir de viaje, intentara dejarlo esa noche con algún familiar para que, al menos, el animal se sintiera en un ambiente conocido. Dijo que así lo haría, pero un rato más tarde, una persona entró gritando que había un perro con las patas rotas en la calle, cerca de la carretera que da acceso al centro. Maldito sea aquel que maltrata a un animal.

Rápidamente se recogió para evitar su atropello y, al día siguiente, se llevó a una clínica especializada en trauma. Allí lo vieron, le hicieron radiografías, comenzaron a curarlo y el viernes pasado lo operaron.

Los hechos han sido denunciados y el clamor pidiendo justicia está en la calle. Dentro de poco, Roto pasará a llamarse Veloz o, incluso, Feliz. En realidad, todo dependerá de aquellos que lo adopten y del tiempo que tarde en olvidar que un día fue el perro de un malnacido sin sentimientos que, legalmente, pagará por lo que ha hecho. Maldito sea aquel capaz de abandonar a su mejor amigo.