a borrasca que afecta a nuestro país ha puesto de manifiesto las duras condiciones en que viven los animales en la calle y en los centros de protección animal y refugios. Precisamente, la situación de aislamiento que sufren algunos de estos centros o refugios como consecuencia de las nevadas, los daños materiales que han sufrido sus instalaciones así como las duras condiciones que están atravesando las colonias felinas y sus cuidadoras vuelven a poner de relieve la necesidad de crear apoyos sólidos y políticas de protección animal que de verdad protejan a los animales y a sus cuidadores.

Del mismo modo, la situación vivida muestra una vez más la necesidad de crear protocolos de emergencia que tengan en cuenta a los animales. El hecho de que los protocolos de emergencia consideren a los animales no excluye que se proteja a las personas, sino que se trata de prever soluciones para aquellas situaciones de emergencia que pueden afectar a los animales.

En el momento actual, por ejemplo, las colonias felinas urbanas sufren las consecuencias del temporal, afectando a las zonas de alimentación y cobijo de los animales, así como a su acceso, lo que dificulta que las personas cuidadoras de dichos animales puedan atender a los habitantes felinos de dichas colonias, tanto para procurarles alimentación y sustento como para atender cualquier necesidad veterinaria.

Por ello, otro de los retos que plantea este 2021, y en el que llegamos con retraso, es la elaboración de protocolos de emergencia que tengan en cuenta a los animales y prevean soluciones en situaciones de peligro de estos, así como un mayor apoyo a las colonias felinas y las personas encargadas de las mismas, debiendo recordar que los ayuntamientos son responsables de los animales sin familia que habitan en su municipio.