Acabamos de estrenar un nuevo año. Por eso pongo la vista hacia atrás para hacer balance de la situación de los animales durante el 2020. Lo que primero me viene a la mente es la situación que hemos vivido durante el estado de alarma. Las limitaciones de movimientos impuestas plantearon excepciones en el cuidado de los animales. Se previó la posibilidad de acudir a atenderles fuera del domicilio particular, ya fuera en fincas privadas o asociaciones protectoras. Si bien estos desplazamientos contaron con dificultades, lo cierto es que se contempló como excepción al confinamiento y prohibición de desplazamientos, lo que evidencia que los animales ya empiezan a tenerse en cuenta. También se permitió dar paseos a los animales de compañía limitados a cubrir sus necesidades fisiológicas y atender a las colonias felinas por sus gestoras. Si bien estas excepciones plantearon dificultades en su ejecución por descoordinación entre la administración central y los ayuntamientos, suponen un gran paso en el reconocimiento de derechos a los animales.

De igual forma se ha producido una mayor concienciación ciudadana en cuanto a las necesidades de éstos, poniéndose sobre la mesa de las instituciones públicas la búsqueda de formas de convivencia responsable entre humanos y animales. Un ejemplo de ello es la importante inclusión en la controvertida Ley de Educación de materias como la protección animal, medio ambiente y cambio climático, que significarán a largo plazo un mayor respeto, empatía e implicación de las futuras generaciones ante casos de maltrato animal e interposición de denuncias.

Por otra parte, nos encontramos con un importante reto para el 2021 en el que todos debemos implicarnos. Se trata del primer paso dado para una legislación marco nacional en materia de protección animal, con el anteproyecto de ley de protección animal publicado el pasado mes de noviembre.

Aunque nos queda mucho por avanzar en favor de los animales, hay pequeñas victorias que van poniendo su granito de arena en el largo camino que aún nos queda por recorrer.