No quiero ser enero. Imágenes de personas haciendo daño a animales llenan las redes. Son youtubers maltratadores. Igual meten gatos en lavadoras, que tiran perros por balcones. Cobardes a minuto de gloria. Estado: Indignación.

No quiero ser febrero. La Policía interviene varios criaderos ilegales en pisos con cientos de perros hacinados. Malo ganar dinero vendiendo vida. Estado: Tristeza.

No quiero ser marzo. El coronavirus asola España. Los hospitales se llenan de muerte. Se responsabiliza al murciélago y al pangolí. Siempre mejor culpar a quien no tiene voz para defenderse. Estado: Enfado.

No quiero ser abril. El mundo cierra. Animales salvajes corretean por las ciudades. El hambre les empuja. Mientras tanto, algunas personas alquilan animales para que la gente salga a pasearlos. El negocio es lo primero. Estado: Vergüenza.

No quiero ser mayo. Parques zoológicos piden ayuda. Llevan semanas con las puertas cerradas. No tienen ingresos. Los animales necesitan comida. Estado: Frustración.

No quiero ser junio. La fiscalía ordena investigar las adopciones de animales que se han producido durante el confinamiento. Sospechan que, tras muchas de ellas, haya sólo el deseo de salir a la calle para pasearlos. Estado: Incredulidad.

No quiero ser julio. El tráfico ilegal sigue campando a sus anchas por toda España. Sin prácticamente centros de rescate que puedan hacerse cargo de ellos, los animales intervenidos quedan en manos de los propios traficantes ¿Se puede hacer peor? Estado: Perplejidad.

No quiero ser agosto. La crisis sanitaria comienza a hacer mella. Las colas del hambre aparecen. Los ERTE y los ERE se alargan sin esperanza. La crisis económica ataca. Varias fincas con caballos son abandonadas. Los animales son encontrados desnutridos y hambrientos. Estado: Desesperación.

No quiero ser septiembre. Aparecen ballenas, delfines y otros cetáceos varados. Los animales están sanos pero desorientados. Se apunta a la tecnología 5G como alteradora de los campos electromagnéticos que les guían en sus desplazamientos. Estado: Decepción.

No quiero ser octubre. Aparecen linces con crías y lobos ibéricos tiroteados. La Guardia civil investiga los casos. Un cazador es detenido. Estado: Rabia.

No quiero ser noviembre. Millones de visones son sacrificados en todo el mundo. El covid les afecta como a los humanos. Animales explotados para hacer abrigos, son ahora desechados por su peligro. Algunos humanos siguen sin respetar la vida. Estado: Impotencia.

Quiero ser diciembre. Sí, para decir «adiós» al 2020 y «hola» al 2021. Estado: Alivio, ilusión.