Hoy es el día mundial de los animales. Sin embargo, la nueva normalidad lo ha cambiado todo. Mientras la covid avanza ferozmente, ellos sobreviven en un mundo que se muere a diario.

Durante el confinamiento, los animales se acercaron a las ciudades. Descubrieron que no había personas que pudieran hacerles daño. Se vio a ciervos por aceras, a zorros por avenidas y a ballenas y delfines nadando cerca de los puertos.

Además, el parón de la actividad hizo que bajara la contaminación y las nutrias visitaron, de nuevo, nuestros ríos. Hasta el sonido de la naturaleza fue distinto. Los pájaros cantaron con más trino y el sonido de los ríos jugó con el eco.

La naturaleza, en plena primavera, explotó como nunca. La natalidad alcanzó a especies que vivían en zoos sin conseguir reproducirse. La ausencia de visitantes obró el milagro. También la fecundidad llegó a los animales salvajes. En nuestras costas, las tortugas bobas pusieron más huevos que nunca y los nidos de aves se multiplicaron por la península. Parecía que, por fin, la humanidad daba una oportunidad a los animales.

Pero llegó la nueva normalidad y comenzaron los problemas. Los animales que nos visitaron desaparecieron y, muchos, en su huida, acabaron atropellados.

Visones y hurones también fueron víctimas, pero, en su caso, de la propia pandemia.

Precisamente por el avance de esta y el grave riesgo de contagio, África y Asia confinaron en sus reservas a chimpancés, gorilas y orangutanes. Sabían que un solo individuo infectado podría acabar con la especie. Ahora no es el único problema al que se enfrentan.

Los visitantes han caído y, con ellos, los ingresos y la contratación de guardias para protegerlos. La caza furtiva se ha multiplicado. Nuevamente desciende su población a fuerza de balas, que no de virus.

Primer aviso de crisis económica pero no el único. Zoos, granjas escuelas e hípicas están al límite. ¿Qué pasará con esos animales si cierran? Nadie contesta.

Mientras tanto, los animales, ajenos a todo, siguen siendo nuestros mejores amigos. En Finlandia, por ejemplo, han preparado a un grupo de perros que, por el olor, saben que personas portan el virus.

En eso nada ha cambiado. Ellos siguen entregando sus vidas para salvar las nuestras. Así ha sido y será. ¡Feliz día mundial de los animales!