El coronavirus, además de la grave crisis sanitaria,ha provocado una fractura entre dos posicionamientos enfrentados. Por un lado,están los que siguen laversión oficial y, por otro,los ‘negacionistas’, con Miguel Bosé al frente.

Este último, junto a muchos seguidores, dice que, aunque el bicho existe, con la vacuna contra el mismo van a colocarnos un chip para saber qué hacemos y dónde estamos en cada momento. Me pregunto: ¿Acaso eso no ocurre ya? Las famosas redes sociales y la tecnología de los móviles lo están haciendo hace mucho tiempo, ¿por qué se sorprenden ahora? No necesitan chip alguno, ya saben todo de nosotros. Nuestro explorador de Internet se lo cuenta.

Fíjese, si está leyendo este artículo en el digital habrá visto que la publicidad que aparece mientras lo ojea no es la misma que le sale a otra persona. San Google, que no este medio, se encarga de ofrecérsela según sus preferencias. ¿Tiene orejas su móvil o su ordenador? No, pero le escucha. Los ‘siris’ y otras aplicaciones son los grandes vigilantes de su vida.

Cuando salió la identificación mediante chip en perros y gatos, se explicaron las grandes ventajas que suponía tener información sobre los animales. Por ejemplo, se podía recoger en éstos su historial médico para disponer del mismo en caso de urgencia. También una estadística sobre aquellas zonas donde existiera una mayor presencia de animales en las ciudades con el objetivo de desarrollar infraestructuras para éstos, etc.

¿Y qué se hizo? Nada, salvo luchar entre comunidades por controlar dichos datos. A día de hoy, a duras penas están recogidos los del propietario y, a menudo, incompletos o desactualizados. Sin embargo, la idea original era buena.

Aplicado al ser humano, nada sería más cómodo que llevar nuestra identificación e historial sanitario, incluidas alergias a medicamentos y otras, en un diminuto grano de arroz incrustado en nuestro cuerpo. Al fin y al cabo, no he escuchado a nadie protestar por llevar sus tarjetas de crédito y toda su información metida en su móvil, del que, por cierto, jamás se separa. Tampoco porque dicho terminal esté transmitiendo continuamente el lugar exacto en el que nos encontramos.

Por eso, no sé si será verdad que quieren ponernos ese chip, lo dudo, pero si lo hacen, bienvenido sea. No se engañen, nada les dirá que no sepan ya.