El 27 de noviembre de 1944, la ciudad alemana de Friburgo fue asolada por uno de los peores bombardeos que se recuerdan. Sus casas fueron derrumbadas. Sin embargo, la catástrofe pudo ser peor. Ese día todas las sirenas antiaéreas fallaron.

Fue un pato el que, minutos antes de la tragedia, con su vuelo y sus histéricos graznidos alarmó a la población que corrió en busca de los refugios antiaéreos. Hoy, la escultura de un pato en el parque central de Friburgo, recuerda su hazaña.

1989, San Francisco. Media hora antes de que los sismógrafos detectaran el peor terremoto que ha asolado jamás una ciudad, todos los animales huyeron aterrados de sus casas a montañas cercanas. No fueron los únicos. Las aves del laboratorio de la universidad comenzaron también a gritar y a golpearse contra los barrotes de sus jaulas. Al verlas, Sally Blanchard , la científica encargada de las mismas, recordó como los loros poseen unas células en las articulaciones de las patas conocidas como corpúsculos de Herbst, una especie de detectores de vibraciones que les permite saber si existe un peligro inminente. No lo dudó, inmediatamente las dejó en libertad. Gracias a eso, salvaron sus vidas.

26 de diciembre del 2004, Sri Lanka ¿Lo recuerdan? Un terrible tsunami arrasó toda la costa. Murieron más de doscientas mil personas. Pocos consiguieron sobrevivir pero, entre ellos, los cuidadores de elefantes del parque Yale ¿El motivo? Siguieron en su huida a los animales cuando, horas antes de que se produjera la tragedia, comenzaron una carrera frenética hacia el interior.

Muchos científicos se apresuraron entonces a recordar que los elefantes, gracias al tamaño gigantesco de sus orejas y a su impresionante capacidad auditiva, perciben ruidos de muy bajas frecuencias como los de las tormentas, infrasonidos capaces de recorrer largas distancias que, sin embargo, resultan imperceptibles para los humanos. Por otro lado, cuentan además con la sensibilidad de sus patas y su trompa, capaces de detectar la más mínima vibración.

Ahora bien, si sólo es eso ¿por qué en la mayoría de catástrofes naturales consiguen también salvarse animales de otras muchas especies que no poseen todas esas facultades? ¿Pueden quizás los animales intuir peligros, igual que nuestros perros o gatos sienten también nuestros estados de ánimo? En definitiva: ¿Olfato o adivinación? ¿Ciencia o Misterio?