No es lo mismo vivir que sobrevivir. Muchos animales sobreviven en condiciones que no son adecuadas. La mayor parte de la gente no se para a pensar qué supone ese tipo de vida para el animal y no se ponen en su lugar. El desinterés les lleva a ignorar las consecuencias que supone a quienes lo sufren y creen que hay animales que están bien, cuando eso dista mucho de la realidad.

Ejemplo de ello serían algunas colonias felinas en las que la gente, por no ver a los animales en mal estado, piensan que están bien. Sin ir más lejos, yo he empezado a gestionar una de unos gatos que viven en un tejado. Esos animales estaban sin esterilizar, bebiendo el agua que quedaba estancada en el tejado de uralita absorbiendo el metal y las partículas tóxicas de dicho material, lo cual les generaba fuertes diarreas, pero eso a simple vista no se ve. Los vecinos de dicha colonia consideraban que esos animales estaban bien con la comida que les lanzaba una vecina a puñados desde una ventana. Lo decían porque no sabían la cantidad de animales que morían cada año, ya que ellos solo veían que ahí siempre había algún gato. No entendían que una colonia descontrolada sin esterilizar con solamente siete gatos implica que el número de muertes es demasiado alto. Esos animales estaban sobreviviendo a duras penas, porque la gente les miraba con la ignorancia egoísta del que no le importa lo que no le afecta a sí mismo. Ahora tienen comida y agua limpia su disposición permanentemente y están vacunados, esterilizados y desparasitados.

También nos sirve como ejemplo el caso de los perros que viven a la intemperie, solos en una finca, con una triste caseta o incluso atados de forma continuada. Tienen comida de mala calidad y agua sucia que les permite sobrevivir, pero no creo que nadie quiera esas condiciones. Los animales tienen derecho a una vida digna y no a tenerse que pasar todos los años de su existencia sobreviviendo, en condiciones extremas o muy complicadas, por el simple hecho de no ser humanos.