El lenguaje que utilizamos para referirnos a los demás determina nuestra forma de tratarlos. Con diferentes colectivos discriminados a lo largo de la historia, ya se ha ido modificando debido a la importancia en este sentido de cambiar determinadas términos, que lo que hacen es acentuar aún más dicha discriminación. En el caso de los animales, uno de estos términos es la palabra «mascota» debido a que hace referencia a la instrumentalización de los mismos una vez más, que es el mayor problema de nuestros queridos amigos no humanos. Esta palabra implica el hecho de utilizar a los animales para que nos sirvan de compañía o de distracción. Es decir, no los contempla como lo que realmente son, seres con emociones y sentimientos que, en el caso de que decidamos compartir nuestra vida con ellos, formarán parte de nuestra familia como un miembro más. Una mascota no tiene derechos, un animal considerado como parte de la familia sí. Ahí radica la gran diferencia que abre la brecha entre unos animales utilizados con el único fin de satisfacer al ser humano, al cambio cualitativo que supone relacionarnos con ellos desde el respeto a sus derechos y necesidades, teniendo en cuenta lo que ambas partes se aportan y el amor bidireccional.

Por eso, es realmente importante que dejemos de utilizar este término para referirnos a unos seres que tanto nos dan y que tanto se merecen, en lugar de ponerles la zancadilla a la hora de poder avanzar y conseguir unos derechos básicos para ellos. Cada detalle es importante cuando se trata de luchar para mejorar la vida de los que más sufren y poder acabar con el maltrato animal. El lenguaje es un arma que ayuda tanto a mejorar como a discriminar a quien nos referimos con nuestro vocabulario, adaptándolo a lo que queremos conseguir. Los animales no son mascotas, no son cosas y no están aquí única y exclusivamente para servir al ser humano, sino que nosotros tenemos la responsabilidad de cuidarlos y protegerlos, haciendo todo lo que esté en nuestra mano para frenar la violencia de la que son víctimas a diario.