Afortunadamente el rol de cuidador de colonia felina está evolucionando mucho, adaptándose a lo que estos animales de verdad necesitan en relación a su bienestar. Hace unos años, la mayoría de las colonias eran alimentadas por personas que les dejaban las sobras de la comida y nada más. Pero la realidad es que cuando decides ayudar de verdad a los animales, la implicación y la responsabilidad son dos cuestiones imprescindibles y necesarias, para hacerlo de una manera adecuada y con calidad. No se trata de echar restos de comida a unos animales que viven mendigando la ayuda del ser humano. Se trata de convertirlos en lo que realmente son, animales dignos de los mismos derechos que el resto y con unas necesidades básicas que deben ser cubiertas de cara a sus cuidados sanitarios, de higiene y de alimentación.

Una colonia que 'simplemente' es alimentada es una colonia superpoblada por animales, la mayoría de ellos enfermos y donde nacen bebés para sufrir o morir en las peores condiciones. Sin embargo, una colonia que no es solo alimentada, sino que también es gestionada de forma eficiente y eficaz, es un lugar donde los animales están bien alimentados, desparasitados y que cuando se ponen enfermos son llevados al veterinario. Pero, sobre todo, es una colonia felina donde se aplica el método CER (Captura-Esterilización-Retorno al lugar de origen) y donde todos los miembros están controlados, es decir, supervisados y en condiciones adecuadas, tanto para ellos como para los humanos que conviven con ellos. Por eso, quien debe responsabilizarse de todo esto son los ayuntamientos.

Debemos intentar que las colonias felinas dejen de ser el tercer mundo de los animales y que los gatos ferales dejen de vivir bajo el umbral de la pobreza, sin que sus derechos y necesidades más básicas sean cubiertos ni respetados. Porque los animales de la calle necesitan más cuidados, y no menos, que los que viven con nosotros en casa. Es muy importante empezar a tomar conciencia de que si nosotros mismos, los gestores de las colonias, no les tratamos como se merecen, muy difícilmente lo harán los demás y el resto de la sociedad.