No los usen, no los manipulen. Los animales nos necesitan. Tenemos que protegerlos. No perdamos más tiempo. No busquemos enfrentamientos, encontremos la unión. Llevan toda la vida esperándonos. Es su momento, no el nuestro.

Maltratadores, dejen en paz a los animales. No les peguen, no les abandonen, no les hagan daño. Si no aprecian sus sentimientos, si desprecian su dolor, reconózcanse como lo que son: depredadores de amor, nobleza y fidelidad. Acudan a un psicólogo o psiquiatra. Traten sus psicopatías. Aprender a respetar a los animales no es una opción, es una obligación. Si no lo hacen, si no lo consiguen, su sitio será la cárcel.

Políticos de España, no utilicen a los animales. No los usen para sus campañas solo para conseguir votos. No prometan aquello que no van a cumplir. No nos engañen. No aprovechen el tirón que la protección de los mismos tiene en las redes. Necesitamos de ustedes que escuchen más y hablen menos porque, a menudo, con menos palabras se dicen más cosas. No manipulen las instituciones que gobiernan, no asciendan o defenestren a técnicos en base a que les digan o no lo que quieren oír. Valórenlos por sus conocimientos, no por sus ganas de agradar. Por favor, no los conviertan en políticos. La sociedad exige una mayor protección hacia los animales. No lo olviden.

Asociaciones animalistas politizadas, extínganse de inmediato. Confunden y crean dudas donde solo había certezas. Creadas, directa o indirectamente, por políticos de pocos escrúpulos, solo han servido para darles soporte y apoyo. Son el ejemplo máximo de desvergüenza. Las hemos visto protestar cuando unos hacían daño a los animales y guardar silencio cuando se lo hacían otros, dependiendo, solo y exclusivamente, de que fueran de un partido u otro, de que fueran amigos o enemigos. Háganles un favor a los animales, márchense y no vuelvan más. En el mundo de la protección a los animales, sobran palmeros y faltan protectores de verdad.

Nota: En unos días, muchos políticos serán elegidos y tomarán posesión de sus cargos. No importa las siglas que les acompañen ni los errores que cometieran en el pasado. Como alguien dijo: «El ayer es historia, el mañana es un misterio, el hoy es un regalo, por eso se llama presente». Ojalá todos ellos sean un regalo para los animales.