El dinero no es exclusivo de los humanos. Existen multimillonarios que caminan a cuatro patas y llevan vidas de ensueño. Son perros y gatos que heredaron fortunas de personas para los que ellos fueron su auténtica familia.

Choupette, la gata del famoso diseñador de Chanel Karl Lagerfeld, es, sin duda, un animal singular. Con más de 300.000 seguidores en Instagram, a esta gata le chifla el caviar, viaja en aviones privados y, como modelo, recibe ingresos millonarios. Posee varias cuentas bancarias propias y ninguna baja de los 3 millones de euros. Sin embargo, la cantidad más importante está aún por llegar. Se calcula que su dueño, Karl Lagerfeld, le ha dejado más 170 millones de euros en herencia. Así, Choupette puede considerarse ya la gata más rica del mundo.

Claro que eso será en el universo gatuno porque, en el de los perros, existe quien, ampliamente, la supera. Verán. ¿Conocen al bueno de Gunther IV? La fortuna de este pastor alemán no es cualquier cosa. Considerado el animal más rico del mundo, su patrimonio se estima por encima de los 330 millones de euros. Todo ese dinero lo heredó de su padre, Gunther III, otro pastor alemán. En realidad, toda la fortuna de esta familia perruna llegó de la mano de una condesa alemana, Carlotta Liebenstein, que, en 1991, nombró heredero universal de todos sus bienes a su perro. Según datos oficiales, actualmente, Gunther IV es el animal más rico del mundo.

Claro que este ranking puede cambiar en cualquier momento. De hecho, son muchos los perros y gatos que, actualmente, están esperando recibir su correspondiente herencia. Es más, algunos, incluso, están litigando por la misma. Es el caso, por ejemplo, de unos perros en Florida que están en espera de recibir más de 20 millones de euros. El hijo de la persona que les dejó el dinero ha impugnado el testamento. Sus abogados alegan que los animales persuadieron a su madre para desheredarle. En fin.

En cualquier caso, quien tras leer todo lo anterior envidie a esos animales, se equivoca. Cada uno de ellos renunciaría a todo ese dinero, simplemente, por poder estar de nuevo al lado de la persona que se lo legó. Al fin y al cabo, no hay mayor tesoro para un perro o un gato que el cariño y la amistad de su familia humana.