Los animales, de la misma forma que las personas, sufren un trastorno psicológico llamado estrés postraumático. Dicho fenómeno se produce como consecuencia de la experimentación de un trauma, que altera la psique del individuo y que conlleva la aparición de determinados síntomas. Es muy importante identificar cuándo se produce este trastorno, para poder tratar de forma adecuada a los animales que lo presentan y poder ayudarles a superar ese estado y a procesar la experiencia vivida. El hecho de experimentar una situación traumática puntual o, lo que es peor, mantenida en el tiempo, desencadena una serie de respuestas que condicionarán negativamente sus emociones y comportamientos.

Si un animal ha sido maltratado, cualquier estímulo que le recuerde a lo sucedido, es decir, que haya sido condicionado al trauma, le provocará unas respuestas fisiológicas y emocionales concretas, como pueden ser el miedo, la ansiedad o la huida. Esto puede suceder cuando, por ejemplo, el animal ha sido maltratado por un hombre o ha sido golpeado con un palo. Cada vez que vea, escuche o huela algo similar (estímulo condicionado) se desencadenará una respuesta defensiva al estar asociado al trauma. Otro síntoma típico del trastorno de estrés postraumático es la re-experimentación, que supone volver a vivir el trauma cada vez que algo le recuerde a la situación y volver a sentirse como se sintió cuando ocurría. Por eso, debemos tenerlo en cuenta si, por ejemplo, vemos que un animal reacciona de forma excesiva ante una situación en teoría neutra, ya que seguramente dicho estímulo le esté recordando algo que para él fue traumático.

Si rescatamos o adoptamos un animal que ha estado expuesto a este tipo de situaciones, debemos estar atentos a las señales que él nos va a dar sobre cuál ha sido el trauma y qué estímulos están condicionados al mismo. De esta forma, evitaremos presionarle y agravar la sintomatología. Si esto sucede y se detecta la presencia del trastorno anteriormente descrito, debemos acudir a un profesional que sepa y pueda tratarlo de manera adecuada. Si no se hace así, podemos causar un elevado sufrimiento en el animal y que su problema se cronifique.