Retomo el tema de la pirotecnia del que hablé hace unos meses, porque afortunadamente, algunos ayuntamientos ya están tomando medidas ante el riesgo que el ruido de los fuegos artificiales supone para algunos colectivos de personas (personas enfermas, niños, ancianos) y animales. Precisamente el Ayuntamiento de Puerto Real (Cádiz) ha previsto para estas navidades el uso de pirotecnia silenciosa para evitar las molestias que el ruido de la pirotecnia causa en personas más sensibles, con determinados trastornos y desórdenes de conducta, y en animales domésticos y salvajes.

Respecto al uso de petardos a nivel particular, indican que no consta una normativa específica que limite el mismo, si bien, el uso de pirotecnia silenciosa es un gran paso, y supone que en el futuro, se puedan plantear nuevos retos, como es la limitación del uso de petardos, o limitación horaria o espacial de los mismos.

Desgraciadamente, la iniciativa no parte de colectivos municipales preocupados por las personas y los animales, sino que el uso de la pirotecnia silenciosa parte de una iniciativa ciudadana de dicho municipio que finalmente ha podido ver la luz y materializarse estas fiestas. Frente a esta decisión, que a mi juicio supone un gran éxito y resulta el reflejo de una sociedad más avanzada preocupada por las personas más sensibles y los animales, nos encontramos con municipios sin un mínimo de sensibilidad que prevén grandes espectáculos de pirotecnia 'tradicional', exentos de todo interés por proteger a aquellos colectivos humanos y animales más sensibles.

Espero que el reflejo de sociedades más avanzadas se imponga frente a aquellas tradiciones que no reportan ningún beneficio a ciudadanos y animales.