El Gobierno británico prohibirá la venta de perros y gatos de menos de seis meses para evitar su explotación y maltrato, una medida adoptada tras una campaña de los defensores de los animales.

La decisión ha sido tomada por el Ministerio británico de Medioambiente, Alimentación y Asuntos Rurales (Defra) y se ha conocido estos días con motivo de las fiestas navideñas, la época del año en que más se venden mascotas, especialmente perros y gatos.

De acuerdo con ese ministerio, la decisión fue tomada tras una amplia consulta entre la población, que en su mayoría se mostró a favor de este paso a fin de acabar con las malas condiciones en que se encuentran muchos cachorros en algunas granjas.

La medida supone que cualquier persona que quiera comprar un perro o un gato de menos de seis meses tendrá que hacerlo directamente al criador de los animales, con lo que se evita la venta por parte de intermediarios, en general considerados responsables de sacar a las mascotas de sus madres al poco tiempo de nacer y de someterlas a largos viajes hasta llegar al lugar de venta.

Esa situación, según los defensores de los animales, puede contribuir a un mayor riesgo de enfermedad entre los cachorros.

"Esta prohibición de venta por parte de terceros de perros y gatos pequeños forma parte de nuestro compromiso de asegurar que las muy queridas mascotas del país tienen un buen comienzo de vida", dijo en una nota el secretario de Estado británico de Bienestar Animal, David Rutley, que destacó la labor de los defensores de los animales que han hecho campaña bajo el nombre de "La ley de Lucy".

"Pido a todos los que estén pensando en comprar un cachorro o cualquier mascota en esta época del año que hagan una pausa y piensen detenidamente antes de hacerlo. Las mascotas forman parte de nuestras familias y es una decisión que requiere una consideración cuidadosa y una planificación", añadió.