El ser humano desde sus primeras etapas en la infancia tiene la necesidad de desarrollar un sentido de propiedad hacia todo lo que rodea. De hecho, una de las primeras palabras que pronuncian los niños es ´mío´. A medida que crecemos, entendemos que no podemos tener todo y que hay cosas que no nos pertenecen. Sin embargo, en el caso de los animales, ese sentido de propiedad permanece. Bajo mi punto de vista, el hecho de pensar que los animales y la naturaleza son nuestros es uno de los mayores errores del ser humano y el que peores consecuencias nos va a traer. Pero además, hay un aspecto muy importante que no estamos acostumbrados a tener en cuenta y que es tremendamente valioso y complejo para nosotros a nivel psicológico, el concepto de ´amar sin poseer´. Nos cuesta muchísimo amar desde el respeto en general (con nuestras parejas también es frecuente que esto ocurra), pero en el caso de los animales aún más. Decidimos por ellos ´porque los queremos´, hacemos con sus vidas lo que nos place ´porque son nuestros´... y sin embargo, en realidad, esto no es así. Los animales no nos pertenecen. Son nuestra responsabilidad, pero no contamos con el derecho implícito en nuestra condición humana de poder hacer con ellos lo que nos dé la gana.

Amar desde el respeto supone aceptar el derecho de cada ser a vivir desde su propia individualidad, así como a ser respetado y feliz. Sin embargo, esto sólo se suele contemplar hacia el resto de humanos y a veces, ni eso. ¿Quién nos concede el derecho a robar la vida de los demás? La necesidad de entender el verdadero significado de la palabra amor es tan importante ahora mismo que, si no nos apresuramos a hacerlo lo antes posible y seguimos pensando que, como especie, tenemos la potestad para destruir el resto de formas de vida que tenemos a nuestro alrededor, las consecuencias van a ser de una gravedad extrema (de hecho ya lo están siendo). Por ello, es importante aprender a relacionarnos como especie con los demás de forma responsable, tomando conciencia de que no somos sus dueños.