No es un error, las granjas de perros existen. Su finalidad es la cría continua de perros de razas que puedan estar 'de moda', con el mínimo gasto para los propietarios de estos lugares y la máxima rentabilidad económica. Por supuesto, los animales objeto de explotación no son una prioridad ni mucho menos. Parece que la idea de las granjas de perros únicamente existía en algunos países de Europa del Este, con una legislación más laxa, en cuanto a bienestar y protección de los animales se refiere. Sin embargo, esto no es así, en nuestro país existen estas 'granjas', por llamarlas de alguna forma, donde se encuentran los perros en pésimas condiciones, tanto higiénicas como sanitarias, recluidos en jaulas, sin que puedan interactuar con otros de su especie ni poder tener comportamientos adecuados a sus necesidades y naturaleza. Su vida se limita a la cría constante de cachorros que serán vendidos a establecimientos comerciales o directamente a particulares que buscan una determinada raza, con el consiguiente menoscabo para la salud de éstos.

Esta semana han visto la luz unas imágenes en una de estas granjas de perros en Madrid. La cría de animales con fines económicos se encuentra regulada por las distintas normas autonómicas y ordenanzas y debe realizarse cumpliendo con normas que garanticen que los animales destinados a la cría se encuentran en buenas condiciones físicas y reciben los cuidados adecuados, así como que el establecimiento cuenta con los permisos y autorizaciones necesarios para la actividad. Por parte de las autoridades deben realizarse los controles oportunos para comprobar que se cumplen dichos requisitos. No obstante, en mi opinión, es una actividad cuestionable desde el punto de vista de la protección animal.