Siempre es complicado hacer diagnósticos de este tipo sin ver al animal, porque pueden ser muchas las causas pero, en principio, existen muchas posibilidades de que se trate de lo que conocemos como una pododermatitis. Tras esta palabra tan rara, se esconde una enfermedad inflamatoria que afecta a las patas de todas las aves pero, sobre todo, a las que tenemos en casa como animales de compañía. El motivo es sencillo, la mayoría de causas que la provocan están relacionadas con el cuidado de las mismas. Por ejemplo, la falta de actividad física, la forma inadecuada de los distintos elementos que componen su jaula o la deficiencia de vitaminas y proteínas que tiene el alpiste que suelen comer muchas de estas aves, son algunas de las causas que la provocan. Claro que también existen otro tipo de factores como, por ejemplo, las alteraciones genéticas o los traumatismos. Por lo tanto, como siempre, lo más importante es que acudas inmediatamente a tu veterinario para que si, como sospechamos, se trata de una pododermatitis, pueda tratarse en su fase inicial, tanto con medicamentos como con cambios ambientales. Verás como mejora rápidamente.