En eso de agredir a los animales, hay que reconocer que somos una auténtica potencia. Si hace unos días descubrimos cómo alguien colgaba en las redes una foto con el cadáver de un lobo al que acababa de atropellar, ahora descubrimos que en el norte lo último es circular por carretera en búsqueda de osos a los que perseguir.

No crean que lo que les acabo de contar es pura ciencia ficción, ni mucho menos. Verán, a estas alturas supongo que ya se habrán enterado de la famosa fotito viral en las redes sociales del lobo ibérico al que acababan de atropellar. Al respecto creo que deberíamos hacernos mirar muy seriamente eso de que cualquier cosa que nos ocurra la publiquemos para regocijo propio y de extraños. Máxime cuando se trata, como en este caso, de la instantánea de un animal muerto al que, siempre, hay que tratar con respeto. El caso es que, si ya de por sí hay que tener mucha sangre fría para coger en peso el cadáver aún caliente de un animal y hacerse una foto, más aún se necesita para colgarla después en las redes y, encima, compartirla. Por cierto que esto último lo han hecho todos esos miles que le han dado al botón de compartir. No lo olvidemos.

Por otro lado, si ya lo anterior es sumamente indigesto, más aún resulta conocer la alerta que acaba de realizar la Fundación Oso Pardo sobre una peligrosa práctica consistente en deambular por la carreteras del norte de España, bien entrada la noche, intentando localizar a osos que puedan caminar por las mismas en busca de agua o comida. La verdad es que ya conocíamos cómo en muchas zonas de España los cazadores furtivos ponían en marcha esa afición nocturna de buscar por caminos y carreteras jabalíes, muflones o ciervos a los que disparar y abatir. El motivo es evidente: las luces de los vehículos les deslumbran y los animales cegados quedan paralizados. Lo que no podíamos imaginarnos es que esto llegara algún día también a los osos que, igual que los anteriores, son perseguidos ahora en medio de la noche con el peligro que ello supone. En este caso, la razón no es la caza del animal, sino la realización de un buen vídeo o foto que compartir más tarde en internet. Ver para creer. Por eso, la pregunta del millón es: ¿hay personas que se han vuelto locas con las redes sociales? Pues la verdad es que, si no se han vuelto, lo parecen mucho.